WWF: Emergencia climática en punto crítico obliga a incrementar acciones en mitigación en Chile

Red Gum trees are iconic Australian trees that grow along the banks of the Murray River. They rely on a regular flood cycle to survive. The unprecedented drought of the last 15 years has lead to low river levels on the Murray River. This and upstream dams taking water out for irrigation has vastly reduced the seasonal flooding. As a result 75% of the Red gums are either dead or dying. Climate change will only increase the likelihood that these trees and the wild life that they support are left increasingly vulnerable. These trees are in the Barmah forest, the largest stand of Red Gums in the world.

Chile, y particularmente la zona central, se encuentra en un momento crítico, marcado por uno de los inviernos más secos de la historia, situación que ha agravado la sequía que afecta a la zona desde hace más de 5 años.

Los eventos meteorológicos extremos ocurridos en China y parte de Europa y Norteamérica, el deshielo masivo en Groenlandia y los efectos del invierno híper seco que vive Chile, son algunos de los signos palpables de que el cambio climático ya dejó de ser una amenaza y hoy es una devastadora realidad.

Lo peor de todo, es que probablemente estos nuevos escenarios se conviertan en “lo normal”, tanto a nivel nacional como en buena parte del mundo, como han advertido diversos científicos.

“Los efectos del calentamiento global en un contexto de 1.5° C podrían haber sido subestimados en las proyecciones que contribuyeron a la definición de las metas en torno al Acuerdo de París, lo que hace más preocupante la situación que estamos atravesando”, explica Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile, quien apunta a que un hito clave en este tema ocurrirá durante esta semana, cuando se libere el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

“Estos nuevos datos científicos nos mueven a llamar a los tomadores de decisión a que los consideren oportunamente, con miras a la COP26 de Glasgow, y que puedan ser convertidos en acciones concretas que permitan evitar mayores impactos negativos como sequías, olas de calor e inundaciones, y aumentar la ambición de la acción climática de los países, incluyendo Chile”, agrega Catalán.

En este punto, será decisivo pasar de los anuncios a la implementación urgente de medidas de mitigación y adaptación.

En un escenario más inmediato, el representante de WWF advierte sobre el peligro que la megasequía y las olas de calor representan en términos de incendios forestales.

“Hemos visto que la temporada de incendios forestales se ha ido ampliando durante los últimos años, por lo tanto ya deberíamos encender las alertas y abocarnos fuertemente a la prevención. Factores como baja humedad y altas temperaturas incrementan el riesgo, por tanto debemos estar preparados como país más que nunca”, comenta.

“El calor va a seguir”

Según explica la meteoróloga Michelle Adam, Chile, y particularmente la zona central, se encuentra en un momento crítico, marcado por uno de los inviernos más secos de la historia. Por ejemplo, si en Santiago anualmente deberían llover 340 mm, este año solo han precipitado 78 mm, de los cuales 40 mm cayeron durante el verano, en las históricas lluvias ocurridas entre el 31 de enero y el 2 de febrero, que generaron un catastrófico aluvión en el Cajón del Maipo con cerca de 100 damnificados.

“Lamentablemente, según todos los modelos numéricos, esta condición no cambiará en forma significativa. Seguimos en un periodo neutral, no tenemos fenómeno ni de Niña ni de Niño, tampoco lluvias en la zona central; el anticiclón subtropical del Pacífico bloquea absolutamente todos los sistemas frontales; además, de repente si no tenemos la alta presión tenemos una más fría que nos entrega bajas temperaturas matinales con características polares y gran amplitud térmica”, precisa la experta, quien también enfatiza lo preocupante que se ha vuelto el problema de la contaminación, que no estaría siendo tan visible a nivel masivo debido a la pandemia de COVID-19.

En cuanto a las proyecciones de temperaturas para el verano, Adam puntualiza que aún es muy anticipado realizarlas, sin embargo indica que “lo que más preocupa es que obviamente vamos a seguir con calor, estamos viviendo temperaturas de verano en pleno invierno, porque estas temperaturas de 27 ó 28 grados que tuvimos en días pasados corresponden a las del mes de diciembre”.

“En términos de soluciones, debemos tener claro que todos podemos hacer algo, depende de nuestra forma de vivir, depende de cada uno de nosotros, de nuestros amigos, vecinos, pero también de las políticas públicas, los tratados internacionales y las grandes industrias”, destaca la meteoróloga.

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