WWF: Chile debe asumir un compromiso más ambicioso para proteger su biodiversidad al 2030
Chile tiene, a juicio del organismo, diversos desafíos, entre los cuales destaca un compromiso más fuerte que se refleje nacionalmente en un Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, que debe tener prioridad, y un presupuesto acorde a su misión.
Iniciamos una de las décadas más desafiantes para la humanidad, tanto en términos ambientales, como sociales y económicos, y lo hacemos en un complicado contexto de pandemia global.
Si bien todos estos factores están relacionados, porque lo que hagamos o dejemos de hacer para proteger la naturaleza, el planeta y las personas, tendrá un impacto en nuestra forma de vida de aquí a los años venideros, WWF hace un fuerte llamado a profundizar las acciones ambientales con miras al 2030.
En concreto, la organización de conservación presentó una propuesta que considera más ambición respecto al Plan de Biodiversidad de la ONU, esto con miras a la próxima Conferencia de las Partes (COP15) de esta materia, que se realizará en mayo en China.
El llamado Plan de Kunming para la Naturaleza y las Personas de WWF, ve como urgente y alcanzable la misión de detener y revertir la pérdida de biodiversidad, de modo que logremos un mundo positivo para la naturaleza al 2030. Esto implica que los países aumenten su ambición en el borrador del plan de la ONU, al mismo tiempo que garanticen que los impulsores de la pérdida de la naturaleza sean abordados, incluyendo las prácticas agrícolas no sustentables, así como la deforestación y degradación de bosques.
“Todos los esfuerzos de conservación y protección de los ecosistemas terrestres y marinos, junto a los proyectos de protección y recuperación de especies, necesariamente deben complementarse con el objetivo de reducir a la mitad el impacto de todo lo que el mundo produzca y consuma en la próxima década. Solo de esta manera recuperaremos el balance que nos ha llevado al sobregiro ecológico”, explica Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile.
Los desafíos para Chile
Durante la COP15 se deben reiniciar las conversaciones para establecer un nuevo marco de biodiversidad global post 2020, bajo el auspicio del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CDB), y representa una oportunidad para alcanzar un acuerdo mundial sobre biodiversidad que sea similar al Acuerdo de París sobre cambio climático.
En este contexto, Chile tiene diversos desafíos, entre los cuales destaca un compromiso más fuerte que se refleje nacionalmente en un Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, que debe tener prioridad, y un presupuesto acorde a su misión.
“Creemos que también debe existir una sinergia entre los compromisos climáticos y los de biodiversidad, considerando e incorporando fuertemente a las comunidades locales y a los pueblos indígenas, y asegurando que la naturaleza genere beneficios para todas las personas. Así, cobra fuerza la incorporación de soluciones basadas en la naturaleza en la NDC de Chile en el marco del Acuerdo de París, cuya implementación esperamos que sea rápida y efectiva y esté abierta a los aportes que pueda dar la sociedad civil”, comenta Catalán.
“Un importante paso ha sido la inclusión del Plan Nacional de Restauración de Paisajes y también el manejo efectivo de las Áreas Marinas Protegidas en la NDC chilena. El desafío es sumar a las áreas protegidas terrestres y conectar estos compromisos climáticos con nuevos compromisos para la biodiversidad y acelerar la implementación, generando las condiciones de capacidades, gobernanza y financiamiento que se requieren”, agrega.
Para WWF Chile es clave que el país comprometa un plan ambicioso con miras a 2030 en el contexto de la CBD. Además, espera que el próximo compromiso relevante de Chile sea el Pledge For Nature, que ya ha sido suscrito por otros 82 países, incluyendo a varios latinoamericanos como México, Colombia, Perú, Paraguay y Costa Rica, entre otros.
“Desde una mirada internacional, con 42% de áreas marinas protegidas y 21% de áreas protegidas terrestres, para Chile es alcanzable la meta del 30×30 efectivamente conservados, pero podemos ir más allá con el Pledge for Nature, que le suma a las áreas protegidas el respeto a los derechos de las comunidades, la reducción de la huella ecológica y el desarrollo sostenible”, detalla Catalán.