Estudio evidenció falta de señaléticas para desechar mascarillas en playas chilenas

La denominada “basura Covid” se ha convertido en un problema para las autoridades y el medio ambiente, dado el uso de guantes y mascarillas que –muchas veces- llegan al océano, contaminando el borde costero. El estudio analizó 32 playas del Chile, incluidas las del Norte de Chile, donde se determinó, que no existen contenedores ni señalética que indique dónde depositar este tipo de residuos.

Un nuevo estudio liderado por el Dr. Martín Thiel, académico de la Universidad Católica del Norte y director de Científicos de la Basura, donde además participó el Dr. Iván Hinojosa, académico de la Facultad de Ciencias UCSC e investigador del Centro Investigación en Biodiversidad y Ambientes Sustentables (CIBAS), reveló la falta de información y lugares especiales en playas de Chile para desechar mascarillas. La investigación publicada en la revista Science of the Total Environment señala que la problemática es grave, debido a las consecuencias sanitarias tanto para los recolectores de basura, como para los veraneantes y personas que habitualmente visitan las playas. Además, el impacto negativo para el medio ambiente es alto.

En total, se investigaron 32 sitios desde Arica a Punta Arenas para evaluar la presencia de mascarillas en el entorno. En particular, fueron 12 las playas analizadas desde Antofagasta a Concepción durante el verano de 2021 y solamente una presentó información sobre dónde desechar una mascarilla, mientras que las demás, si bien contaban con información para utilizarlas, no indicaban con exactitud dónde se debían desechar una vez cumplida su vida útil.

Una realidad preocupante advierte el Dr. Iván Hinojosa, señalando que “las mascarillas ya son parte de las playas. Si bien hay señaléticas que advierten el lavado frecuente de manos y el uso de mascarillas, no existe un lugar adecuado para desecharlas. Tampoco existen recomendaciones sobre el cuidado que hay que tener con ellas, qué hacer si se moja o el cuidado de botarlas y que el viento no la arroje al mar”.

Se hicieron los esfuerzos para llevar a cabo el estudio lo antes posible, de manera que pueda aportar a la temporada estival del hemisferio norte y que para el próximo verano 2022 exista mayor consciencia sobre la problemática en el hemisferio sur.

Impactos negativos

Uno de los impactos negativos más significativos en el ecosistema se genera a partir de los elásticos de las mascarillas, ya que dañan a diversos animales. “La posibilidad de que un ave, un pez o un reptil se enganche con estos elásticos es más alta que si al botarlas las cortamos, por ejemplo. Si vamos a botar la mascarilla en un basurero que no es el correspondiente, lo ideal es cortarlas. Sin embargo, estos desechos deberían tener un lugar y un tratamiento especial para llevarlas al vertedero”, complementó el Dr. Hinojosa.

En Coquimbo, se identificó la presencia de 2.7 mascarillas por kilómetro lineal. “En ninguna playa encontramos señalética para disponer las mascarillas. En playa La Herradura de Coquimbo, se encontró un máximo de 15 mascarillas por día”, especificó el académico.

Es por ello que a través de la visualización de la problemática y de la educación, se puede generar consciencia para reducir conductas de riesgo.

“Este muestreo se hizo en la temporada estival pasada y no se encontró ningún basurero especial para las mascarillas. Sugerimos que para este próximo verano 2022, tengamos lugares para botarlas, esperamos que no ocurra lo mismo”, finalizó el Dr. Iván Hinojosa.

Investigación disponible en el siguiente link: https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2021.147486

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