Senado aprueba por unanimidad ley de transparencia en la salmonicultura y sanciones por escapes de salmones
Se termina con la negativa de la mayoría de las empresas de transparentar datos sobre uso de antibióticos, antiparasitarios, mortalidades y producción. La ley sanciona además fuertemente el escape de salmones y permite la captura de salmones escapados por parte de pescadores artesanales.
Las salmoneras que operan en Chile se han caracterizado por el alto uso de antibióticos en comparación a otros países productores, lo que le ha valido la calificación en lista roja a nivel internacional. En efecto, Noruega, el principal productor mundial de salmón, usó en 2020 menos de un gramo de antibiótico por tonelada de salmón producida, mientras que en Chile se utilizaron 350 gramos por tonelada de salmón producida ese mismo año, “una diferencia abismante”, advierten desde la organización de conservación marina Oceana.
Un gran hito
Esta situación podría tener sus días contados, tras la aprobación en el Senado del proyecto de ley que exige mayor transparencia a la industria salmonera, hecho que desde Oceana fue calificado como “un gran hito” que aumenta significativamente las exigencias ambientales a la salmonicultura.
“Es hora de que la industria salmonera empiece a hacerse cargo de sus externalidades, luego de años en que se negaron sistemáticamente a proporcionar datos sobre uso de antibióticos y antiparasitarios”, afirmó Liesbeth van der Meer, Directora Ejecutiva de Oceana Chile. “Las empresas siempre usaron todas las herramientas legales con el fin de retrasar lo más posible la entrega de información cuando se solicitaba vía Ley de Transparencia”, agregó.
Desde Oceana señalan que el proyecto de ley viene a subsanar lo anterior, obligando al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura a publicar el uso de antibióticos, mortalidades y sustancias químicas por ciclo productivo en el portal web de la institución.
Además, el proyecto busca establecer fuertes sanciones económicas por cada salmón que se escape, así como también fija medidas dirigidas a prevenir su ocurrencia, cuyos impactos en la fauna nativa están ampliamente registrados por estudios científicos.
Solicitud de información
Desde 2014 Oceana comenzó a solicitar la información sobre uso de antimicrobianos por empresa, encontrándose en cada oportunidad con la fuerte oposición de las salmoneras, las que alegaban que la entrega de datos afectaba sus derechos comerciales y económicos. Cada año, la ONG debía recorrer un largo camino judicial que involucraba a las Corte de Apelaciones y Suprema, e incluso al Tribunal Constitucional. “Cuando finalmente lográbamos obtener alguno de los datos, ya habían pasado cuatro años desde la solicitud, lo cual era poco práctico porque no permitía una evaluación del comportamiento ambiental de cada una de las empresas, ya que esos salmones ya ni siquiera existían”, aseveró van der Meer. “Pese a los múltiples y conocidos impactos que genera la salmonicultura en Chile, el uso de sustancias que dañan los ecosistemas de la Patagonia no era de conocimiento público y así difícilmente se podía exigir mejores estándares a la industria”, añadió.
Chile en lista roja
En un reciente informe emitido por SeaFood Watch se calificó con nota roja la producción de salmones en el país por el alto uso de antibióticos y los continuos escapes, recomendando a los mercados internacionales evitar el consumo de la gran mayoría de los salmones cultivados en Chile. “Una vez que el proyecto se convierta en ley, podremos saber el comportamiento sanitario de cada empresa, permitiendo a los consumidores tomar mejores decisiones e incentivar a las empresas a disminuir el uso de químicos en el proceso de cultivo del salmón”, especificó van der Meer.
Luego de la aprobación por parte del Senado, la Cámara de Diputadas y Diputados deberá revisar las modificaciones al proyecto realizadas por la Sala antes de promulgarse ley.