“Semilla Norte” el primer banco de alimentos de la Región de Tarapacá que evita la pérdida de miles de kilos de comida cada semana

Comedores solidarios son parte de los destinatarios de los alimentos recolectados

En medio de la pandemia y cuando pocas puertas estaban disponibles para ser golpeadas, Héctor González Barrios se reinventó a partir de un emprendimiento social, que ahora lo tiene a cargo de la Fundación “Semilla Norte”, el primer banco de alimentos de la Región de Tarapacá,  cuya principal misión es evitar que terminen en la basura miles de kilos de alimentos que -por diferentes razones- no son comercializados, para -en cambio- distribuirlos en una treintena de comedores solidarios, ollas comunes, albergues, hogares de ancianos y asentamientos desde Iquique hasta Colchane.   

Se definen como un puente entre los que sufren hambre y aquellos que desean colaborar, a través de un canal transparente y eficiente que garantice que los aportes lleguen a quienes más los necesiten. Y así está cumpliendo su misión la Fundación Semilla Norte, el primer banco de alimentos de la Región de Tarapacá, para evitar que se pierda comida.

Héctor González, fundador y director de la Fundación Semilla Norte

El comienzo

“Creo que todo florecimiento parte en la oscuridad. En una época mala mía, asociada a la pandemia, empiezo a ver cómo reinventarme, cómo hacer algo. En esto nunca pensé en un modelo de negocios que generara aportes económicos para mí, sino que quise hacer algo que tuviera impacto en la comunidad. Y ahí dije hay mucha comida que se está perdiendo y hay mucha gente que no tiene recursos y la necesita.  Vamos a unir esos dos mundos entre quienes desechan y quienes necesitan. Y así empezó poco a poco a crecer este emprendimiento social como una bolita de nieve”, explica Héctor González Barrios, fundador y actual director de la Fundación Semilla Norte,

Si bien esta organización sin fines de lucro está constituida legalmente desde marzo de este año, ya completan más de un año y medio de labor social, a partir de alianzas estratégicas con diferentes entidades públicas, con las cuales canalizan las ayudas y con el comercio establecido, para obtener los alimentos que posteriormente son donados.

A nivel mundial

La relevancia de este emprendimiento social es que apunta directamente al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 12 de un total de 17 definidos por la ONU a partir de 2015, y que se refiere a la Producción y el Consumo Responsable.

En línea con esta necesidad de disminuir la pérdida de alimentos, el más reciente informe del denominado “Índice de Desperdicios de Alimentos 2021” elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Británica sobre Residuos (WRAP)  expone una cifra casi aterradora: en el año 2019, un total de 931 millones de toneladas de alimentos fueron desperdiciados a nivel global. Esto sugiere que el 17% de la producción total de alimentos en el mundo fue a parar a la basura.

De ahí la importancia de iniciativas como “Semilla Norte” que pone en el centro de las acciones evitar que cada semana miles de kilos de alimentos terminen pudriéndose en algún vertedero de la región.

Hasta la comuna de Colchane llegan parte de los alimentos recolectados cada semana

Faltan Voluntarios

El principal déficit que asume la fundación es la escasez de voluntarios. Básicamente porque las jornadas de recuperación, que son habitualmente en horarios en que las empresas o locales comerciales les permiten realizar este trabajo, muchas veces no son compatibles con los tiempos disponibles de los colaboradores.

“Sin embargo afortunadamente tenemos algunos voluntarios que con harto esfuerzo se toman algunas horas de su día para participar en las jornadas de recuperación de alimentos especialmente entre los locatarios del Terminal Agropecuario de Iquique” explica Héctor González.

Alianza Estratégica

En efecto, una de las primeras entidades con la que realizaron una alianza estratégica fue con la administración del Terminal Agropecuario, quienes les cedieron un espacio de acopio de los alimentos que recolectan entre los mismos locatarios del principal centro comercial de alimentos de Iquique.

“Desde el comienzo hemos tenido el apoyo del Terminal Agropecuario”, explica el fundador de Semilla Norte, quien recuerda que en las primeras visitas al recinto “notamos que habían otras personas que acudían al terminal para solicitar aportes en alimentos para organizaciones específicas, como comedores o grupos pero no había ninguna agrupación que recolectara para luego distribuir en diferentes puntos de la región. Al principio nos dedicamos a explicarles uno a uno a los locatarios el sentido del banco de alimentos, el modelo de operación y el destino final de los alimentos”, recuerda.

Recolección

Los alimentos que se recuperan entre los comerciantes se dividen en dos tipos, vegetales y envasados. “Cuando hablamos de frutas o verduras, recuperamos aquellas que están maduras, tienen formas que no atraen a los compradores o simplemente están sucias. En el caso de la recuperación de alimentos envasados son los que están mal rotulados, los envases están abollados, tienen sobre stock, productos por vencer o envases deteriorados”, explica Héctor González.

El proceso de entrega de estos alimentos es beneficioso no solo para los destinatarios, sino también para los locatarios del terminal y para cualquier empresa que entregue aportes, entre las que destacan Comercial Cáceres y la distribuidora Codina de Zona Franca. Esta última les entregó recientemente 4,5 toneladas de fideos, la mayor donación de alimentos recibida a la fecha.

A juicio del director de la Fundación la relación con los aportantes también es beneficiosa contablemente para ellos, puesto que “al recolectar los productos les entregamos un certificado de donación que luego les sirve para sus rebajas de impuesto”, quien recuerda que el principal valor de estas acciones es la transparencia en cada una de las partes del proceso.

“Estamos llegando con estos alimentos a alrededor de 30 agrupaciones, entre ellas comedores solidarios, ollas comunes, albergues, hogares de ancianos y asentamientos de Iquique, Alto Hospicio, Pozo Almonte, La Tirana y varias localidades de Colchane. Lo que nos interesa es que los alimentos no se pierdan, por eso vamos variando las organizaciones para ser lo más equitativos posibles en las entregas. También sabemos que es clave que quienes nos dan los aportes tengan la certeza que llegan a buen destino. Para eso contamos con registros gráficos de dónde y a quiénes entregamos lo recuperado, porque lo que más nos interesa es la transparencia de nuestra labor, que nos permitirá poder seguir canalizando estas ayudas a quienes la necesitan, evitando al mismo tiempo que tanta comida termine en la basura”, comenta con orgullo.

Desafíos

El director de Semilla Norte enfatiza este punto. “Nos interesa tener un sistema mayor de registro y para eso nos falta apoyo humano, porque la capacidad de ayuda actual la tenemos copada en la operación de recuperación y traslado, y por ahora solo podemos certificar las entregas a partir de registros fotográficos, pero en la medida de las posibilidades habilitaremos en la página un ítem de transparencia, para mostrar lo que hemos recibido, cuánto recuperamos y a dónde se destinó”.

Efectivamente una de las mayores necesidades para continuar con esta labor es sumar más voluntarios.

Para cumplir con este objetivo firmaron un convenio con Gendarmería, institución que permite canalizar servicios comunitarios que deben realizar quienes reciben penas sustitutivas de multas.

“Desafortunadamente hasta ahora solo contamos con una persona en esta condición, pero esperamos poder sumar otros más que cumplan estos servicios a través de nuestra fundación, además de los voluntarios que podamos captar por otras vías”, señaló.

Pero contar con más voluntarios no es el único desafío que tienen, el autofinanciamiento también es una preocupación permanente.

Los costos operativos, especialmente de traslados desde los puntos de recolección, elementos de protección para los voluntarios y todos los gastos menores que siempre van surgiendo, los cubren a partir de actividades comunitarias.

“Realizamos completadas, vendemos sopaipillas y en general todo lo que se pueda hacer para recaudar fondos y así solventar nuestros gastos, porque no recibimos ese tipo de ayudas. Nos gustaría avanzar hacia empresas más grandes que nos puedan apoyar de forma permanente, pero nos ha costado entrar ahí, seguiremos intentando” señala esperanzado el impulsor de este Banco de Alimentos.

Para conocer más detalles sobre la labor o la forma de ser voluntario de la Fundación Semilla Norte, el primer Banco de Alimentos de la Región de Tarapacá, pueden ingresar a su sitio web www.semillanorte.cl o visitar su perfil de Facebook: Semillanorte e Instagram @semillanorte

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