Provincias chinas aprueban 24 centrales térmicas a carbón y Greenpeace pide a gobierno limitar el uso de este combustible fósil
La organización ecologista Greenpeace urgió al Gobierno chino a “activar una evaluación de idoneidad energética, de capacidad energética instalada derivada del carbón y del riesgo de construir más (centrales térmicas de) carbón”, cuyo uso para la producción de energía es altamente contaminante.
A través de un comunicado, Greenpeace alertó de la aprobación, por parte de varios gobiernos provinciales chinos, de 24 proyectos energéticos dependientes del carbón para producir 5,2 gigavatios y que pueden salir adelante sin depender del visto bueno de las autoridades de Pekín.
“Esta dinámica entre los gobiernos nacional y locales sigue siendo un problema central. El decreto del Gobierno nacional de ‘controlar el carbón’ no significa necesariamente que no se apruebe ningún nuevo proyecto de carbón. Por eso abogamos por una supervisión más estricta y políticas específicas para limitar la expansión del carbón”, explicó a la agencia internacional de noticias Efe la investigadora de Greenpeace en Asia Oriental Li Danqing.
Uno de los motivos habituales argüido para sacar adelante este tipo de proyectos es, según Greenpeace, “asegurar el suministro eléctrico a largo plazo”, lo cual preocupa entre los ecologistas.
“Si aumentar la capacidad (energética producida a través) de carbón es la primera opción para asegurar el suministro eléctrico, y las provincias lo ven como interés nacional, entonces se da pista libre para que se sigan construyendo (proyectos de) carbón -apuntó Li-. La dependencia del carbón está convirtiendo la seguridad energética y la economía en fuentes de inercia, no de desarrollo”.
Invertir en energías limpias
En este sentido, Greenpeace recomendó a los gobiernos provinciales chinos que busquen alternativas para invertir en energías limpias, tomando como referencia la provincia oriental de Shandong, “que antes dependía del carbón, pero este año no tiene proyectos (de ese tipo) en cola”.
El pasado mes de septiembre, el presidente chino, Xi Jinping, anunció el objetivo de que China alcance la neutralidad de carbono para 2060, lo que fue acogido con relativo entusiasmo por la comunidad internacional, ya que se trata del país responsable de la mayor cantidad de emisiones de dióxido de carbono del mundo (27 % de las emisiones globales en 2017, según el Global Carbon Atlas).
En este contexto, la aprobación de los citados 24 proyectos manda “señales mixtas sobre el carbón”, según Greenpeace.
Fuentes del sector aseguraron a la agencia noticiosa Efe que este objetivo se traduce en que en 2060 China contaminará más de lo que contamina en la actualidad, y logrará la neutralidad en buena parte a través de la compra de bonos de carbono y de una apuesta fuerte por la energía nuclear.