Protocolo de reducción de pesca incidental fortalece la sustentabilidad de la pesquería industrial en el norte

Establecido por la Subsecretaría de Pesca, este protocolo comenzó a operar en septiembre 2021 con el objetivo de disminuir la captura accidental de mamíferos marinos y entregar directrices respecto de su manipulación en embarcaciones de la pesquería industrial con cerco en el norte de Chile.

Especialmente orientado a proteger lobos marinos, delfines, ballenas de barba y cachalotes, el protocolo de reducción de pesca incidental busca disminuir la captura accidental de mamíferos marinos en embarcaciones de la pesquería industrial con cerco en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta.

El encargado de capacitar a las tripulaciones en la aplicación de estos protocolos de acción es el Centro de Investigación Aplicada del Mar de Chile (CIAM) y de acuerdo con lo señalado por su director, Jorge Oliva, desde su puesta en vigor a la fecha en promedio se han capacitado más de 270 personas, entre capitanes, pilotos de naves pesqueras y personal de apoyo a la flota cerquera, en las 3 regiones del norte, “lo que ha permitido pavimentar el camino para mantener una pesquería sustentable”, expresa Oliva.

El protocolo de la SUBPESCA llegó a reforzar las acciones que desde el 2012 ya estaba efectuando la flota cerquera industria del norte del país, para reducir la pesca incidental bajo una serie de acciones que ha implementado el CIAM.

Fase preventiva y fase reactiva

“En rigor lo que se busca es aplicar el enfoque preventivo. Apenas se detecta que algún mamífero marino se acerca a las redes durante el proceso de pesca, se utilizan distintas técnicas para ahuyentar a los animales, y si llegaran a introducirse al cerco se liberan rápidamente, evitando que sufran daños de algún tipo. Esta fase preventiva es la de mayor relevancia para evitar que las especies sean dañadas por el arte de pesca”, explica Oliva.

Por otra parte, en el protocolo establecido también está definida la “fase reactiva” que aplica a delfines y lobos marinos y que busca garantizar una manipulación segura en cubierta de la embarcación.

El protocolo desarrollado por CIAM considera una serie de implementos como camillas, escudos, cuchillos especiales para corte de red, entre otros elementos que permiten liberar a las especies que eventualmente llegan a bordo de las embarcaciones. “Además, todas las naves de las dos industrias pesqueras del norte (Corpesca y Camanchaca) cuentan con cámaras que registran la operación de pesca durante todo el viaje, con un sistema de monitoreo de imágenes para observar la interacción de los animales y la tripulación ante la ocurrencia de una pesca incidental”, recuerda el director del CIAM quien además destacó el hecho que ese monitoreo de imágenes es de exclusiva revisión de la Subsecretaría de Pesca.

Monitoreo por cámaras

Oliva explicó que el sistema de monitoreo a través de las cámaras, que comenzó a aplicarse desde marzo del 2020, ha resultado muy efectivo al momento de enfrentar una contingencia que implique rescatar al animal o especie sin dañarlo, permitiendo a través de la revisión de los videos el mejoramiento continuo de las buenas prácticas pesqueras.

Según señaló el directivo, la fase preventiva del protocolo -cuyo objetivo es evitar la captura incidental de los mamíferos marinos y la interacción del arte de pesca (cerco) con estas especies- obliga, entre otros aspectos, a que los tripulantes mantengan una vigilancia activa del entorno de la nave durante las faenas pesqueras.

En caso, de que algún cetáceo (delfín) o lobo marino ingrese a la red o suba a la cubierta de la nave, se aplica el protocolo establecido, con el fin de permitir su liberación rápidamente a su medio, para tener la mayor probabilidad de sobrevivencia.

En este caso, la norma exige que la embarcación cuente con un lugar apropiado para el manejo seguro del ejemplar y la tripulación, a través del porte y uso de implementos y utensilios apropiados, permitan una pronta liberación.

“La aplicación de este protocolo es un paso más de la industria pesquera de la macrozona norte y que contribuye al fortalecimiento de la sustentabilidad de esta importante actividad productiva regional, que está preocupada del efecto que genera en su entorno. Y esto es altamente valorado por la institucionalidad pesquera, la sociedad y por los principales compradores del mundo”, sostuvo Oliva.

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