“Plan para un Planeta Vivo” destaca la necesidad de estrategias para hacer frente a las crisis oceánica y climática

Reporte propone principios para guiar las contribuciones de los océanos en mitigación y adaptación frente al cambio climático.

Publicado en el Día Mundial de los Océanos, el nuevo “Plan para un Planeta Vivo” de WWF ofrece cuatro principios para guiar la acción integrada sobre los océanos y el clima con el fin de fortalecer el potencial de mitigación, adaptación y resiliencia de los ecosistemas marinos y costeros, y de todo y todos los que dependen de ellos.

Los principios son:

Aumentar la ambición y alcanzar con suma urgencia mayores acciones de mitigación y de adaptación, más fuertes y sostenidas

Hacer de la naturaleza una parte clave de la solución

Poner a las personas en el centro

Unir las agendas financieras del clima y de los océanos

Durante demasiado tiempo, el océano ha estado ausente de los debates mundiales sobre el cambio climático.

Esto está empezando a cambiar, ya que el Informe Especial del IPCC sobre el Océano y la Criósfera en un Clima Cambiante, así como otras investigaciones, demuestran claramente la urgente necesidad de abordar conjuntamente las crisis que afrontan el clima y el océano.

El océano desempeña un papel fundamental en la mitigación, la adaptación y el aumento de la resiliencia, desde el “carbono azul” secuestrado en hábitats como los manglares, las praderas marinas y los bosques de algas, hasta la protección que ofrecen ecosistemas como los arrecifes de coral contra las marejadas ciclónicas y otros impactos del cambio climático.

Sin embargo, a pesar de que el océano ofrece innumerables soluciones, está sufriendo los crecientes efectos del cambio climático. Estos impactos crean un circuito de retroacción, que socava la capacidad del océano para hacer frente a la embestida de las emisiones y la mala gestión. Para hacer frente a estas crisis combinadas es necesario adoptar un enfoque integrado sobre el océano y el clima.

“El Plan trata fundamentalmente de ampliar las opciones y oportunidades para cumplir los objetivos establecidos en el Acuerdo Climático de París y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), entre otros. Rechaza la falsa premisa de que las “soluciones para los océanos” se crearían a expensas de las “soluciones para el clima”, y adopta la realidad de que muchas de las soluciones para el clima que necesitamos provienen de la naturaleza”, afirma John Tanzer, líder de la práctica global de Océanos de WWF.

El caso de Chile

Durante los últimos años, Chile ha experimentado un gran impulso en torno a la creación de Áreas Marinas Protegidas (AMP), logrando que el 43,2% de su superficie marina (Zona Económica Exclusiva – ZEEM) se encuentre bajo alguna figura de protección. Sin embargo, aún existen desafíos respecto a cómo integrar la conservación de los ecosistemas marinos y costeros con la acción climática. Un paso muy relevante fue la inclusión de los océanos en la contribución nacional de Chile (NDC) en el Acuerdo de París, específicamente con la creación de nuevas AMP y la protección del 10% de la ZEEM en eco-regiones sub- representadas. Asimismo, se compromete que al 2030 todas las AMP creadas desde 2020 tendrán planes para un manejo efectivo.

“Como WWF Chile hemos impulsado fuertemente una mayor ambición para la acción climática del país, así como la incorporación sistemática de soluciones basadas en la naturaleza. Además, un punto muy relevante de nuestro trabajo en conservación marina ha sido el involucramiento de las comunidades y su empoderamiento como líderes en diversas iniciativas, entre ellas el plan de manejo colaborativo generado desde el territorio para la AMCP-MU Pitipalena-Añihué y la solicitud de un Espacio Costero Marino de Pueblo Originarios (ECMPO) para isla Guafo, presentado por un grupo de once comunidades huichilles de Quellón, con apoyo de nuestra organización”, explica Cristina Torres, coordinadora de Conservación Marina de WWF Chile.

Justamente, junto con hacer un llamado a una mayor ambición y urgencia, y de hacer hincapié en las soluciones basadas en la naturaleza, el Plan también destaca el papel de las comunidades costeras.

“Poner a las personas en el centro es absolutamente fundamental para la estrategia de océanos de WWF. No sólo es lo correcto, sino lo inteligente. Las estrategias de conservación son más efectivas y sostenibles cuando las comunidades costeras, que dependen del océano como medios de vida y alimentación, las hacen suyas y las administran”, afirma Tanzer. 

El Blueprint pide que se establezcan vínculos entre el financiamiento de los océanos y el clima. El financiamiento para el clima sigue estando muy por debajo de lo necesario para mantener el calentamiento global dentro de los 1,5 ºC, y solo una pequeña parte se destina a soluciones climáticas oceánicas positivas para la naturaleza.

“Necesitamos más fuentes de financiamiento públicas, privadas y mixtas, y tenemos que invertir de forma más inteligente, obteniendo más impacto por cada dólar. Las soluciones de los océanos para el clima ofrecen una increíble relación calidad-costo: cuando restauramos los manglares, por ejemplo, estamos reduciendo el dióxido de carbono, protegiendo la biodiversidad y las costas, además de crear seguridad alimentaria y trabajos. Se trata de un impresionante triple resultado final”, afirma Tanzer.

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