Los granjeros de Nueva Zelanda se rebelan ante el plan para gravar los eructos de ovejas y vacas

New Zealand farmers protest in central Auckland on government plans to make them pay for greenhouse gas emissions, Thursday, Oct. 20, 2022. New Zealand farmers drove their tractors to towns around New Zealand on Thursday in protest at a proposed new tax on cow burps and other farm greenhouse gas emissions. (Dean Purcell/New Zealand Herald via AP)

El Gobierno del país oceánico ha diseñado un peculiar plan, pionero en el mundo, para imponer una tasa a este tipo de emisión de gases que provocan el efecto invernadero.

El Debate. Los granjeros neozelandeses protestaron en convoyes de tractores en diversas ciudades del país oceánico contra un plan pionero en el mundo para imponer tasas desde 2025 a las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero a través de los eructos de ovejas y vacas.

“Sin agricultores no hay alimentos” se leía en varios de los carteles que portaban un número indeterminado de tractores y manifestantes a pie que tomaron las calles y carreteras de ciudades como Auckland, Wellington, Christchurch, entre otras localidades del país, según imágenes publicadas por los medios neozelandeses.

“Pedimos disculpas (por las protestas), pero la cuestión es que si tienes un Gobierno que no te escucha tienes que hacer cosas para que la gente se dé por enterada”, dijo hoy el cofundador del grupo de presión Groundswell y uno de los organizadores de la protesta, Bryce McKenzie, a Radio New Zealand.

Groundswell asegura en su portal que el plan reducirá en un 20 % la producción ganadera y en un 6 % la de los lácteos sin tener un impacto significativo en la reducción de las emisiones globales, así como creará una situación en la que los agricultores nacionales sean reemplazados por otros extranjeros «menos eficientes» al país.

El plan de reducción de emisiones agrícolas del gobierno de la laborista Jacinda Ardern, que fue presentado la semana pasada, responde a los esfuerzos del país oceánico para combatir la crisis climática y, de aprobarse, convertiría a Nueva Zelanda en el primer país en que los agricultores paguen por las emisiones del ganado.

Este plan apunta a la agroganadería porque casi la mitad de las emisiones de Nueva Zelanda, un país de cinco millones de habitantes, proceden de este sector, principalmente por sus 26 millones de ovejas y 10 millones de vacas, mamíferos rumiantes que expulsan el metano producido durante la digestión a través de sus eructos y flatulencias.

En 2050, “neutralidad contaminante”

El Ejecutivo de Wellington, cuyo objetivo es alcanzar para 2050 la neutralidad de emisiones contaminantes, ha sometido su plan a consultas con los granjeros hasta el 18 de noviembre, antes de que venza su plazo a finales de año para decidir cómo gravará las emisiones del sector agroganadero.

“Estamos en medio de un proceso muy genuino (de consultas)”, remarcó Ardern, al agregar que su Gobierno quiere «trabajar de forma constructiva con nuestros productores de alimentos para obtener el mejor resultado posible para ellos y para Nueva Zelanda», según declaraciones publicadas hoy por Radio New Zealand.

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