Ibrahim Thiaw: “La recuperación post pandemia debe poner al medio ambiente en el centro, no hacerlo sería un grave error”

Los planes de recuperación que contemplan el gasto de trillones de dólares deben tener al medioambiente en el centro de las decisiones, no hacerlo implicaría un “grave error”, señaló el secretario ejecutivo para la Convención contra la Desertificación de Naciones Unidas (UNCCD), Ibrahim Thiaw, en el marco de la conmemoración del Día Mundial de la desertificación este 17 de junio

La sequía “puede ser un asesino silencioso” porque no habrá producción agrícola, no habrá agua para beber, no habrá vida porque incluso los animales salvajes morirán, asegura el secretario de la ONU para la Desertificación en entrevista con la Agencia de Noticias EFE en el marco del Día Mundial de la desertificación, el 17 de junio.

Según Thiaw, la sobreexplotación del planeta va en aumento por el crecimiento de la población, pero “también por sus demandas, que van en aumento debido a una creciente clase media y a los patrones de consumo establecidos que señalan que necesitamos cada vez más”,

Sin embargo, “los recursos se están agotando en el planeta. El balance entre necesidades y lo que el planeta puede afrontar a nuestras demandas, es uno de los grandes retos actualmente”.

Según datos de la UNCCD, “se ha transformado el uso de más del 70 % de ecosistemas naturales”, cifra que podría alcanzar el 90 % para 2050.

Recursos y tierra

La media entre lo que necesitamos y lo que el planeta puede afrontar implicaría “racionar la forma que consumimos, reducir el desperdicio de alimentos y la cantidad innecesaria de recursos que explotamos, lo que reduciría el impacto sobre la Tierra”, explica Thiaw, quien recuerda además que “podemos ser más racionales con la extensión de tierra que necesitamos, lo que supondrá menos impacto y necesitaremos menos nueva tierra para explotar”, asegura.

Pero estudios de la UNCCD dicen que más de 2.000 millones de hectáreas de tierras se encuentran degradadas, mientras la producción de alimentos requerirá otras 3.000 millones de hectáreas para 2030.

Por ello, “necesitamos un nuevo contrato social con la naturaleza”, sostiene y añade que “la pandemia ha venido de la destrucción de los ecosistemas y la deforestación, de cómo explotamos nuestras tierras, cómo alteramos los espacios de los animales salvajes que nos han contaminado a los humanos”.

Subraya Thiaw que “hay muchas lecciones que debemos aprender de esa pandemia COVID-19, debemos cuidar la Amazonía, pero también los bosques en Africa o en Asia”.

Destrucción de la Amazonía

En relación a la deforestación en la Amazonía brasileña, la mayor en once años hasta el 2019, según datos del Gobierno, Thiaw recuerda que “los recursos de la tierra, de los bosques, del agua y la biodiversidad están al límite”, por tanto, es necesario saber las consecuencias de las decisiones que tomemos al respecto, da igual cuál país sea”.

“Como seres humanos debemos saber cuáles son nuestros límites, somos poderosos, pero no podemos pensar que podemos hacer lo que queramos, hay muchos sistemas endémicos”, asegura el funcionario internacional mauriciano.

Thiaw recuerda que “hemos recibido advertencias de la Tierra, con ciclones, inundaciones o pandemias -como la actual-, nos está diciendo que somos poderosos, pero que un pequeño virus como éste es mucho más poderoso que nosotros”.

Monocultivos

En relación a los monocultivos como el aceite de palma o el algodón, dice que en cualquier lugar “representan un peligro” por la “pérdida de biodiversidad y hábitats con sistemas muy complejos”, solo para “satisfacer las necesidades de sectores concretos”.

Desde la UNCCD, “pensamos que es mucho mejor basar las decisiones en informes de la ciencia, que dirá qué es lo mejor para la economía o el crecimiento y para las comunidades, y no basados en los intereses de una organización o empresa.

La Muralla Verde en el Sahel

Se muestra convencido que “será posible” la construcción de la Muralla Verde en el Sahel, con el objetivo de restaurar cien millones de hectáreas de tierras degradadas en el norte de Africa para 2030, que ayudarían a secuestrar 250 millones de toneladas de carbón y crear 10 millones de puestos de trabajo.

Los países menos desarrollados, “muchos de ellos entre los más pobres, tendrán que adoptar decisiones directas y la comunidad internacional brindar apoyo al proyecto”.

Thiaw asegura que “si no se implementa el programa, lo que veremos es más migración desde esa región, porque la gente no tendrá medios para subsistir, y buscará huir al no tener alternativa”.

“Veremos más problemas de seguridad, gente combatiendo por los recursos de la tierra y el agua, como está sucediendo actualmente entre los pastores y los agricultores, pero amplificado; además, países que ya tiene problemas económicos se intensificarán en detrimento de la prosperidad del planeta”.

La construcción de la Muralla Verde es una “oportunidad para todos estos países y la comunidad internacional para generar más electricidad, porque estamos hablando de ocho mil kilómetros que atraviesan once países, desde el océano Atlántico hasta el Mar Rojo, y que tienen sol todos los días del año”.

Agricultura sostenible

Asimismo, “hay mucha tierra que puede ser explotada para generar producción adaptada a sus territorios, es posible adaptarse a los usos de la tierra de la región y sus condiciones”.

En el Sahel además “hay mucha agua subterránea porque los mayores acuíferos en Africa están ubicados ahí, no en los bosques tropicales” y “muchos minerales que se pueden explotar”.

Son países con población muy joven, más del 50 % de la población tiene una media de 35 años, y el índice de envejecimiento está en torno a los 70-80 años.

La región tiene “muchas potencialidades, es posible transformar sus economías para crear prosperidad en los diferentes países”.

2021, el Año de África

En relación al “2021, el año de África”, ha asegurado que ha mantenido una reunión reciente con la secretaria de Cambio Climático de Naciones Unidas, Patricia Espinosa, así como con la directora de la Convención de Biodiversidad, Elizabeth Maruma Mrema, que junto con la Convención de Desertificación, se conocen como las Convenciones de Río. “Nuestros equipos están trabajando conjuntamente” para tener un plan común para 2021-2022.

En 2021, y por primera vez, se realizará la Convención de las Partes de las tres Convenciones en el mismo año, tras la postergación de la COP15 de Biodiversidad (que debía celebrarse en octubre en China) y la COP26 de Glasgow, en el Reino Unido (cuya fecha inicial estaba fijada a final de 2020).

“Estamos en contacto con el Reino Unido, Italia (país socio en la COP26) y China”, así como con “nuestro anfitrión para que todos nos ayuden y vengan con un mismo mensaje: Reconstruir mejor”.

“Tenemos que asegurarnos que los programas de estímulos post COVID-19 en los diferentes países tendrán en cuenta los problemas de la emergencia climática, de biodiversidad y de la tierra”, asevera Thiaw, y asegura que no hacerlo supondría un “grave error”.

Consumo y recursos del planeta

A los consumidores, y especialmente a los jóvenes, les insta a fijarse siempre en la procedencia de los artículos que compran, especialmente la ropa, para enterarse del gasto de tierra, agua o fertilizantes.

Sostiene que los productos baratos que se compran para “usar y tirar” y luego son enviados a los países africanos como artículos de segunda mano, lo único que hacen es perjudicar al mercado local en Africa.

La deforestación está relacionada con muchos aspectos, pero también con la producción de fibra para la industria textil por lo que “los consumidores deben tener claro la conexión entre lo que se consume y cómo afecta al planeta”.

“Tenemos un solo planeta, todo está conectado, clima, biodiversidad y tierra”, como lo recogen los informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), es decir, “las tres Convenciones, que tenemos mensajes comunes”.

Sequías, incendios y pérdida de biodiversidad

Sobre las sequías, los incendios y la pérdida de biodiversidad, señala que las primeras “no son un fenómeno nuevo, muchas regiones en el planeta han tenido sequías por muchos años, pero cada vez son más frecuentes y más severas”.

Además, están ocurriendo en lugares donde nunca antes se dieron. “Es el vínculo entre sequías, cambio climático y usos de la tierra”.

Thiaw explica que “alrededor de 70 países” en el mundo han preparado programas de lucha contra la sequía, pero “se necesitan más”. Se “necesita, además, la implementación de los planes”.

Recuerda que el año pasado Francia sufrió sequía y pudo recurrir a las autoridades europeas, pero para países como Mali o Malawi eso es impensable porque “no tienen reservas”.

“La prevención es muy importante. Y es posible hacerlo, incluso en países que no tienen muchos recursos. Hay muchas buenas lecciones de países en el Sahel, donde la sequía ha afectado por algunos años” y donde “tienen buenos sistemas de pronóstico de sequías, preparación para los agricultores, el tipo de semillas que se necesitan”.

La sequía “puede ser tan destructiva como los incendios forestales de Australia el año anterior, pero la sequía puede aniquilar de forma silenciosa también”.

Tecnología y desertificación

Sostiene que la tecnología “es importante en la lucha contra la desertificación. Actualmente hay buenos mapas, satélites que proporcionan buenas predicciones sobre los riesgos. Muchos países están combinando tecnología con visitas de campo.

Sobre la pérdida de semillas asegura que “no es posible tener esa información. Pero si vemos los incendios forestales, como los de Australia, se puede ver cómo la naturaleza tiene la capacidad de regenerarse”.

Pero cuando no es posible controlar los incendios, se constituyen en un verdadero problema, aunque “forman parte del ciclo en las sabanas y zonas abiertas, cuando son controlados”.

Thiaw recuerda que el lema de este año para la celebración del Día de la Desertificación es “Alimentos, forrajes y fibra“, enfocada en los patrones de producción y consumo.

Cuidar el planeta es responsabilidad de todos

Todos los consumidores “tenemos una responsabilidad, no es solo cuestión de los gobiernos o instituciones, tenemos que aprender más y cambiar los hábitos que perjudican al planeta”.

Los medios de comunicación colaboran en sensibilizar a la población mundial sobre cómo influye el consumo de una taza de café, dónde ha sido producido, el costo que tiene, cuánto se quiere pagar por él, cómo influye en las comunidades de los sitios donde ha sido cultivado.

Pero, es necesario aplicar igual a la procedencia de la fibra de los textiles o de la alimentación animal, que está provocando los incendios en la Amazonía para la expansión de las explotaciones ganaderas o agrícolas.

Los científicos “nos dicen qué es lo que debemos hacer, pero como consumidores debemos saber lo que está sucediendo y de dónde proceden los productos que consumimos”, concluye.

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