Expertos climáticos europeos: No está comprobado que la contaminación ambiental propague el COVID-19
Verificar si la temperatura y la humedad podrían influir en la propagación del coronavirus, es por estos días la hipótesis en la que trabajan expertos europeos, sobre el clima y la atmósfera en ese continente. Pero lo que si tienen claro los mismos investigadores climáticos, es que la contaminación atmosférica afecta a la salud cardiopulmonar y a la respuesta inmunológica
El Servicio de Vigilancia Atmosférica Europeo Copérnico (CAMS) junto al Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) facilitan datos sobre el clima y la atmósfera en ese continente, además de proporcionar herramientas que permiten monitorear la contaminación de la atmósfera en las regiones afectadas por el COVID-19, además de facilitar datos ambientales fundamentales para la investigación, ambas entidades dependen de la Comisión Europea, a través del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio
Según aseguró el director del Servicio de Vigilancia Atmosférica Europeo Copérnico (CAMS), Vincent-Henri Peuch, “en la actualidad, no ha quedado acreditado que la contaminación atmosférica esté desempeñando un papel en la propagación del virus SARS-CoV-2. Lo que sí ha quedado demostrado es que la contaminación atmosférica afecta a la salud cardiopulmonar y a la respuesta inmunológica”.
Según un comunicado de este servicio, la información que entregan ayuda a investigadores, responsables políticos y ciudadanos en la investigación sobre la crisis sanitaria actual.
El sitio incluye mapas, series temporales y animaciones de los volúmenes de dióxido de nitrógeno (NO 2 ) y partículas finas (PM10) para cincuenta importantes ciudades europeas.
Esta labor se realiza gracias a la combinación de satélites, observaciones en tierra y modelos informáticos de última generación, que permiten el monitoreo de la atmósfera para conocer los niveles actuales de contaminación en Europa, incluidos los efectos en la calidad del aire de las medidas de confinamiento adoptadas para frenar la enfermedad.
El CAMS ha detectado una reducción de los niveles de NO2 en el norte de Italia, uno de los países más afectados por el coronavirus junto a España, desde el confinamiento. Asimismo, este Servicio está analizando otros efectos que la contaminación atmosférica podría tener sobre la COVID-19.
Por ello “buscan ampliar la red de colaboraciones con equipos de investigación médica interesados en comprobar hipótesis sobre el posible transporte y supervivencia del patógeno en partículas finas en suspensión en el aire”.
El C3S ha trabajado con los expertos de la compañía italiana en software medioambiental de B-Open, para desarrollar la “Monthly Climate Explorer for COVID-19”, una aplicación en su Climate Data Store (CDS), de libre acceso.
El objetivo de esta herramienta es demostrar las posibilidades que los datos de Copernicus ofrecen a diferentes investigadores, como los epidemiólogos y los expertos sobre salud, a la hora de luchar contra el coronavirus.
El C3S proporciona datos históricos sobre la temperatura, la humedad, la radiación ultravioleta a ras de suelo y muchas otras variables climáticas derivados del reanálisis a escala mundial de ERA5, según Copérnico.
La aplicación permite combinar en un mismo mapa estos datos junto con los datos geográficos de los fallecidos por COVID-19 en enero, febrero y marzo de 2020 proporcionados por la Johns Hopkins University.
Los investigadores pueden utilizar estos datos medioambientales para poner a prueba la hipótesis de los determinantes climáticos y analizar las afirmaciones que estipulan que la temperatura y la humedad podrían influir en la propagación de coronavirus.