Efecto COVID-19: En marzo el Ártico alcanzó un mínimo histórico de ozono respecto del año pasado

Comparación realizada por NASA

El Ártico registró en marzo pasado un mínimo histórico de ozono troposférico, con 205 unidades Dobson, según las imágenes de las concentraciones promedio mensuales difundidas ayer por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA).

El equipo de Ozone Watch (NASA) informó ayer que en un análisis de las observaciones satelitales, los científicos han descubierto que los niveles de ozono estratosférico alcanzaron su punto más bajo, con 205 unidades Dobson (unidad de medida para el ozono total) el 12 de marzo de 2020.

La NASA  explicó que si bien estas bajas concentraciones de ozono son inusuales, no tienen precedentes. A modo de comparación, el valor de ozono más bajo observado sobre el Ártico en una medida típica es de al menos 240 unidades Dobson.

Ozone Watch explica que el ozono es un gas incoloro, que, químicamente es muy activo y  reacciona fácilmente con muchas otras sustancias.

Cerca de la superficie de la Tierra, añade, esas reacciones hacen que, por el ejemplo, el caucho se agriete, maltrate la vida de las plantas, los animales y dañe los tejidos pulmonares de las personas.

Pero el ozono también absorbe componentes dañinos de la luz solar, conocidos como ultravioleta B o “UV-B”.

El ozono de la troposfera es también un factor relevante respecto al cambio climático. Se calcula que el ozono troposférico añade un 16 por ciento al efecto total de calentamiento provocado por los principales gases antropogénicos con efecto invernadero emitidos.

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