Científicas en declaración conjunta llaman a proteger el Archipiélago de Humboldt del proyecto minero Dominga y puerto Cruz Grande

A través de una declaración pública un grupo de renombradas académicas hicieron un llamado a una “protección real y permanente” del Archipiélago Humboldt, respecto de las amenazas del proyecto minero portuario Dominga y el puerto Cruz Grande, porque se trata de “un ecosistema de crucial importancia para el planeta”, señalan las científicas.

En la carta, Susanna Buchan, doctora en Oceanografía; Claudia Fernández, doctora en biología y ecología aplicada; y las doctoras en ciencias mención ecología y biología evolutiva María José Pérez-Álvarez, Fernanda Salinas y Maritza Sepúlveda señalan que el área donde ambos proyectos pretenden instalarse se caracteriza por presentar uno de los más altos niveles de endemismo del país y donde habitan muchas especies amenazadas que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.

“No hay medidas de compensación ni de mitigación que permitan que el sistema ecológico productivo y único del que estamos hablando pueda convivir con estos proyectos” afirman, destacando la gran cantidad de evidencia científica que no se consideró a la hora de evaluar los proyectos portuarios. “Con la información que tenemos, es un sinsentido y un atentado a nuestro propio bienestar como sociedad levantar iniciativas que destruyen este hábitat biodiverso”, aseveran.

Finalmente, las científicas hacen un llamado a los tomadores de decisiones a que “escuchen nuestras voces” y recalcan que las evidencias son contundentes “al señalar que debemos proteger este lugar, pensando en cuidar el presente y futuro de nuestra existencia en este planeta”, así como también sería “una contribución a la salud de los océanos en medio de una crisis climática que no podemos ignorar”, puntualizan.

Lea aquí la declaración de las científicas:

DECLARACIÓN DE CIENTÍFICAS POR EL ARCHIPIÉLAGO HUMBOLDT:

EL RECHAZO A DOMINGA Y CRUZ GRANDE

Como mujeres dedicadas a la ciencia, no somos indiferentes ante la posible construcción de los proyectos portuarios Dominga, de Andes Iron, y Cruz Grande, de CAP Minería, en un ecosistema marino de crucial importancia para el planeta.

La opinión pública ya está al tanto de las polémicas desprendidas de la iniciativa de Andes Iron, producto de las últimas revelaciones realizadas por el caso Pandora Papers. Por lo mismo, acá nuestra misión es otra: relevar la información científica que nos lleva a solicitar una protección real y permanente del Archipiélago Humboldt.

El área donde se pretenden emplazar los proyectos Dominga y Cruz Grande forma parte del  “hot spot mundial de biodiversidad de Chile central”, que se caracteriza por presentar uno de los más altos niveles de endemismos del país, es decir, es una zona donde habitan muchas especies amenazadas que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. 

La alta productividad biológica y la biodiversidad asociada que se distribuye a lo largo del archipiélago, y que le otorga una alta singularidad, no se limita al contorno de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt ni al de las Reservas Marinas Isla Chañaral e Isla Choros-Damas, sino que se distribuye en un sistema ecológico mayor, la totalidad del archipiélago, que por su singularidad representa un alto valor para la conservación. 

Los animales acá presentes son de alta movilidad, con lobos marinos capaces de desplazarse a 200 kilómetros por hora y ballenas que, de acuerdo a estudios recientes, sabemos se alimentan en estas y, específicamente, frente al lugar donde los mega puertos Dominga y Cruz Grande pretenden concretar su instalación. Así, cuando escuchamos a los representantes de Andes Iron replicar que las embarcaciones se encontrarán a 30 kilómetros de distancia al sur de la reserva, verificamos que este es un proyecto que no considera las evidencias científicas con las que contamos para la zona. Adicionalmente, en el archipiélago se encuentra la única población de delfines nariz de botella residente descrita a nivel nacional, la que, junto con otras especies de frecuente presencia, son un gran atractivo para el desarrollo local de turismo de observación.

Por lo anterior, proyectos como el puerto Cruz Grande de CAP, y Minera Dominga de Andes Iron, son a todas luces alarmantes frente a la información científica que por décadas se ha recabado en el Archipiélago Humboldt. En simple, se está planteando abrir nuevas rutas marítimas en un verdadero laboratorio natural, lo que equivaldría a poner una carretera en medio de un hábitat crítico para especies que se encuentran con graves problemas de conservación. 

Si en esta zona se emplazan megapuertos, las amenazas directas son los choques de las embarcaciones con los cetáceos o incluso con aves marinas buceadoras, como el Pingüino de Humboldt y el yunco. No estamos hablando de una amenaza indirecta que potencialmente les podría causar un daño, estamos hablando de letalidad; si colisionan, los individuos pueden quedar heridos o morir por el impacto. Esto se suma a los estresores crónicos subletales asociados al impacto acústico del tráfico marítimo, es decir, el aumento del estrés fisiológico, la pérdida de espacios de comunicación e interrupción de actividades de alimentación, los que sobre 25 años pueden tener impactos negativos significativos sobre las poblaciones de cetáceos. Los efectos negativos en la salud individual y poblacional de la contaminación acústica han sido demostrados en cetáceos. Esto, sin mencionar el daño que causarían los derrames de petróleo asociados al funcionamiento de dos megapuertos.

A lo largo de la corriente de Humboldt no existe un sistema de islas que contenga las características que conocemos de este territorio. La zona de las reservas marinas isla Chañaral e isla Choros-Damas, y en general de todo el archipiélago, es un tesoro biológico que se caracteriza por una diversidad de mamíferos marinos inigualable. Al menos 15 especies son frecuentes de avistar y algunas de ellas se encuentran en categorías de conservación de preocupación a nivel nacional. Asimismo, alrededor de 10 especies de aves marinas nidifican en el archipiélago.

En tierra también se verían enormes impactos irreversibles de estos megaproyectos. Dominga no es solo una amenaza para la flora y fauna presente en el Archipiélago Humboldt, porque al interior, destruiría el patrimonio arqueológico y paleontológico del lugar, además de generar condiciones de amenaza para la salud de las personas.

Proteger el Archipiélago Humboldt es una contribución a la salud de los océanos en medio de una crisis climática que no podemos ignorar. Resguardar zonas de biodiversidad y de alta productividad debería ser una prioridad para Chile y nuestro foco tendría que estar puesto en preocuparnos por conservar estos hot spots de biodiversidad y no en permitir nuevos proyectos industriales en zonas tan críticas y prístinas como el Archipiélago Humboldt.

No hay medidas de compensación ni de mitigación que permitan que el sistema ecológico productivo y único del que estamos hablando pueda convivir con estos proyectos. Con la información que tenemos, es un sinsentido y un atentado a nuestro propio bienestar como sociedad levantar iniciativas que destruyen este hábitat biodiverso.

A la ciudadanía, pero especialmente a los tomadores de decisiones, les pedimos que por favor escuchen nuestras voces. Las evidencias científicas son contundentes al señalar que debemos proteger este lugar, pensando en cuidar el presente y el futuro de nuestra existencia en este planeta.

Susannah Buchan, Dra en Oceanografía

Claudia Fernández, Dra en Biología y Ecología Aplicada

María José Pérez-Alvarez, Dra en Ciencias mención Ecología y Biología Evolutiva

Fernanda Salinas, Dra. en Ciencias mención Ecología y Biología Evolutiva

Maritza Sepúlveda, Dra. en Ciencias mención Ecología y Biología Evolutiva

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