A dos días de la conmemoración de la Hora del Planeta se preparan celebraciones virtuales en todo el mundo

Llenar los balcones y ventanas del mundo con destellos de luz, mientras las casas están completamente apagadas, es el llamado que realizan desde WWF para celebrar La Hora del Planeta, en un contexto de pandemia que -irónicamente- le está dando un respiro al planeta, tras la disminución de contaminación ambiental, producto de la baja producción mundial y la notoria disminución de vuelos de las líneas aéreas alrededor del mundo

La Hora del Planeta nació en Sidney en 2007 como un gesto simbólico para llamar la atención sobre el problema del cambio climático. Un sencillo gesto que consiste en apagar las luces de hogares, negocios, edificios y monumentos durante una hora.

Una acción que con los años se convirtió en un movimiento mundial del que ya forman parte miles de ciudades de 188 países, que en pasadas ediciones apagaron más de 17.000 monumentos y edificios emblemáticos.

La Hora del Planeta une a ciudadanos, empresas, municipios e instituciones para luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

La naturaleza importa

Dependemos de la naturaleza para vivir, es el sistema de soporte vital del planeta y nos brinda todo lo que necesitamos, desde el aire que respiramos hasta el agua que bebemos y los alimentos que comemos. Y también es la mejor aliada para frenar los impactos del cambio climático.

En el actual contexto de emergencia planetaria, con la crisis climática y la acelerada pérdida de biodiversidad, se hace aún más necesaria la llamada a la acción urgente por parte de gobiernos, empresas y ciudadanos.

El tiempo se acaba

Según consigna el sitio del Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund) conocido por sus siglas en inglés WWF, la ciencia es clara: quedan 10 años para evitar los peores impactos del cambio climático. Es ahora o nunca, hay que actuar antes de que sea tarde.

Conmemoraciones virtuales

“Apaga la luz. Todo irá bien” es el lema para celebrar este año en los balcones la XIII edición de la Hora del Planeta, que de forma excepcional y dada la coyuntura mundial de pandemia, ha suspendido, pospuesto o reprogramado las actividades previstas para los próximos días ante la propagación del Covid-19.

“Queremos llenar los balcones y ventanas de nuestros pueblos y ciudades de miles de destellos para recordar que allí donde estemos, este año desde casa (#QuédateEnCasa), todas las personas seguimos conectadas y concientizadas de la necesidad de cuidar la casa de todos: la Tierra”, es el mensaje que la organización WWF lanzó para conmemorar la Hora del Planeta, el próximo sábado 28 de marzo.

Según comentó a la Agencia de Noticias EFEVerde Miguel Ángel Valladares, del WWF España, “a pesar de que en esta ocasión se han anulado los actos previstos en la calle con motivo del confinamiento en los hogares por el coronavirus,  sigue en pié la actividad central de la Hora del Planeta: el apagado de luces de 20,30 a 21,30 horas, porque constituye “el alma de la campaña” desde hace años”.

El respiro momentáneo gracias a la pandemia

El particular momento mundial que contextualiza esta conmemoración del Día del Planeta, con la pandemia que afecta a casi todos los países, representa una singular ventana para darle un respiro al planeta. En efecto, la paralización generalizada de la producción mundial y la notoria suspensión de gran parte de los vuelos de líneas aéreas a nivel global, sumado al confinamiento al que están siendo obligadas las personas en gran parte del mundo, representan un respiro para el planeta, disminuyendo los niveles de contaminación atmosférica, bajando -por ejemplo- los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) que es un importante indicador de la calidad del aire.  

“Altas concentraciones de este gas pueden afectar al sistema respiratorio y agravar ciertas patologías. Además, este gas está relacionado con la formación de lluvia ácida”, afirmó la investigadora del grupo Land and Atmosphere Remote Sensing (LARS-UPV) del Centro de Tecnologías Físicas de la Universidad Politécnica de Valencia, Elena Sánchez-García, quien explicó que durante esta última semana de confinamiento -solo en España- la media de reducción de contaminación de NO2 llega a un 64%.

Al mismo tiempo la cuarentena obligada de los habitantes de diversos territorios en el mundo ha dejado numerosas e impresionantes postales a lo largo y ancho del planeta. Es así como a través de redes sociales usuarios globales han reportado jabalíes en Barcelona, España; ciervos en Nara, Japón; pavos salvajes en el centro de Oakland y coyotes en San Francisco, ambas ciudades de Estados Unidos; los que son solo parte de la numerosa variedad de animales  salvajes que intentan recuperar espacios que ancestralmente recorrieron y que ahora son de dominio humano.

Sabemos que estos espacios están siendo cedidos solo por un tiempo, y el límite será cuando concluyan las respectivas cuarentenas y confinamientos en los diversos territorios alrededor del mundo.

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