Operan a hembra de cocodrilo para sacarle una zapatilla alojada en su estómago

Imagen propiedad de University of Florida College of Veterinary Medicine

Una enorme hembra de cocodrilo del Nilo de un centro zoológico de San Agustín (Florida) tuvo que ser operada para sacarle del estómago una zapatilla que se tragó luego que un visitante del recinto pasó sobre su habitáculo cuando practicaba tirolina, perdiendo una de sus zapatillas en el trayecto

Anuket, de 3,2 metros de largo y 154 kilos de peso, se recupera en el Alligator Farm Zoological Park de esa ciudad de Estados Unidos, tras la intervención realizada por profesionales de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Florida

Si vuelve a caerle del cielo otro zapato seguramente no se lo llevará a las fauces, pues no son los cocodrilos los animales que tropiezan dos veces con una misma piedra.

Imagen propiedad de University of Florida College of Veterinary Medicine

El reptil fue visto con el zapato en la boca en diciembre. Lo tragó y lo regurgitó varias veces hasta que se alojó en su estómago, según un comunicado de la Escuela de Veterinaria que le salvó la vida.

En el zoológico trataron de que lo expulsara de forma natural pero no tuvieron éxito, así que Anuket acabó en el hospital de la Escuela de Veterinaria.

Le metieron un brazo en la boca

Imagen propiedad de University of Florida College of Veterinary Medicine

El residente del hospital veterinario Garrett Fraess trató de sacar la zapatilla del estómago a través del esófago metiéndole un brazo en la boca, obviamente después de que Anuket estuviera bien sedada.

No lo logró, pues su brazo no era lo suficientemente largo para esta clase de animal, así que hubo que llevarla al quirófano.

Allí el cirujano de grandes animales Adam Biedrzycki trató de empujar el zapato hacia el esófago a través de una incisión y tampoco sirvió de nada.

Anuket acabó sometida a una operación de estómago en la que finalmente le sacaron la zapatilla, la que según la imagen quedó inservible.

La hembra de cocodrilo del Nilo pasó la noche en la Facultad de Veterinaria y al día siguiente regresó a su hogar en San Agustín.

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