“El agujero en la capa de ozono está retrasando las consecuencias del calentamiento global en la Antártida”
El agujero de ozono está “anormalmente extenso y es uno de los más profundos al menos en el último lustro”, aseguró en una entrevista con la Agencia Internacional de Noticias Efe, el climatólogo y académico de la Universidad de Santiago, Raúl Cordero, quien sostiene que esta situación está provocando un enfriamiento en la Antártida y retrasando las consecuencias del calentamiento global en el continente austral
Cordero, ingeniero y profesor en la Facultad de Física de la USACH, es optimista y prevé según los estudios y el seguimiento que realiza que “el agujero de ozono se cierre entre finales de 2050 y 2060 aproximadamente”.
El pasado 1 de diciembre se cumplió el 61 aniversario de la firma del Tratado Antártico en 1959, y Cordero explica que el agujero de ozono se produce solo en la Antártida, el continente blanco que debido al calentamiento global pierde cada año 125.000 millones de metros cúbicos de hielo.
Pregunta (P): ¿Por qué el agujero de ozono es más grande este año?
Respuesta (R): El agujero de ozono es una anomalía provocada por los gases clorofluorocarbonos que existe desde la década de los años ochenta. Lo normal es que se abra aproximadamente en agosto y se cierre más o menos por estas fechas. El cierre comienza más o menos a finales de octubre, pero este año hasta finales de noviembre no se ha detectado que se esté cerrando.
En la anomalía que es el agujero de ozono en sí, el que no empiece su cierre aún es una anomalía extra.
P: ¿Qué papel juega la temperatura en el agujero de ozono?
R: El agujero de ozono está favorecido por las bajas temperaturas en la Antártida, donde todas las primaveras (septiembre a diciembre) son muy frías. Pero la primavera austral pasada fue más fría que la anterior, cuando se produjo un agujero de ozono pequeño debido a que la estratósfera durante la primavera estuvo anormalmente cálida. Este año ha sido lo contrario, desafortunadamente ha sido muy fría, lo que ha favorecido que el agujero sea este año más grande.
La temperatura no causa el agujero de ozono, pero juega un rol en la formación del mismo, cuando es muy baja el agujero es más grande y cuando es más alta el agujero es poco extenso.
P: ¿Influye la presencia del fenómeno de La Niña en la formación del agujero de ozono?
R: Este año está presente la corriente marina de La Niña y aún no está claro que influya en la formación del agujero de ozono. El fenómeno de La Niña se da unas pocas veces por década, se han producido alrededor de diez desde la década de los ochenta, y esos datos no son suficientes para sacar una correlación. No estamos seguros de la influencia ni de La Niña ni del Niño en la extensión del agujero de ozono. Es posible, pero no hay seguridad de su influencia.
P: ¿Pero sí influyen en otros aspectos?
R: Este año, a pesar de que La Niña implica un déficit de precipitaciones, no favorece tanto los incendios en la zona central de Chile como El Niño. La razón es que La Niña trae sequía pero no provoca temperaturas en el verano austral tan altas como sería normalmente.
La zona central de Chile lleva una década en sequía profunda. Sin embargo, curiosamente, el déficit de precipitación este año es de aproximadamente el 50 %, pero el 2019 fue peor. Los peores incendios en la zona central de Chile se dan cuando hay El Niño, porque trae altas temperaturas que favorecen la sequía y los incendios. La temporada de 2018 fue mala, pero no tan mala como la de 2019. Así que este año, se prevé que sea mala pero no tan mala como sería sin La Niña.
La Niña no es algo que actualmente nos tenga preocupados, trae problemas, pero permite que el clima no sea tan cálido sin su presencia.
P: ¿Qué consecuencias tiene el agujero de ozono?
R: El agujero de ozono tiene dos consecuencias, primero es el agotamiento de la capa de ozono que tiene efectos globales porque hay un poco más de radiación ultravioleta de la que debería haber.
La segunda es que la bajada masiva y profunda de la capa de ozono -que se da solo en la Antártica por las bajas temperaturas-, provoca un enfriamiento en la Antártida que aparentemente está ayudando a mitigar parcialmente el cambio climático.
El resultado de eso es que la Antártida se está calentando más lentamente que el resto del mundo.
Esos distintos ritmos de calentamiento causan anomalías en los patrones de los vientos y eso afecta poderosamente al hemisferio Sur, porque influye en las nubes y las precipitaciones. Buena parte de las precipitaciones que se ha observado en las últimas décadas en Chile central y también en Nueva Zelanda se le asigna responsabilidad a los cambios en los patrones de vientos que el agujero de ozono ha causado.
Según una investigación que publicamos este año, el agujero de ozono tiende a reducir precipitaciones en Nueva Zelanda y Chile, y cuando el agujero de ozono es muy profundo cambia además los patrones de precipitaciones del verano austral que es diciembre, enero y febrero.
P: ¿Cuál es la influencia en los incendios de Australia?
En Australia los incendios fueron muy intensos en enero de 2020, tenían altísimas temperaturas añadidas a la falta de lluvias. En la parte sureste de Australia donde se dieron los grandes incendios, cuando el agujero es pequeño, el verano es seco y caluroso, mientras en Chile es justo lo contrario, es algo más lluvioso.
Este año, es todo lo contrario que el año pasado. Los incendios forestales de Australia de enero de 2020 estuvieron afectados por el agujero de ozono de 2019 que fue pequeño. Este año ellos tienen un mejor pronóstico, porque el agujero este año es grande, deberían tener en enero, febrero más lluvias que las del año anterior.
Este año no se prevé temporada récord de incendios ni en Chile ni en Australia, sin embargo con el cambio climático todo va empeorando. En el caso de Australia por el agujero de ozono, en el de Chile por La Niña, son grandes patrones climáticos que determinan la meteorología de ciertas estaciones y lugares.
P: ¿Cómo influye en la meteorología continental?
La temporada de incendios en la Amazonía, sur de Brasil, en Bolivia, en el Chaco paraguayo y en el norte de Argentina se alargó y terminaron en octubre, no en septiembre, fue una temporada intensa, sin llegar a ser récord. Están relacionados con La Niña, que trae temperaturas muy altas.