Aseguran que la desalación y el reúso de agua son la piedra angular de una gestión hídrica integral

Panorámica Planta Desaladora Norte de Aguas Antofagasta que actualmente provee el 85% de la demanda de la capital regional y el 100% de Mejillones / Imagen cedida por Aguas Antofagasta

Las evidencias científicas que se acumulan respecto del cambio climático han activado las alarmas en diferentes frentes, como el de la industria sanitaria, que tiene uno de los más críticos desafíos: proveer de agua potable a pesar de la escasez hídrica y en este contexto la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua (ALADYR) plantea las soluciones más cercanas.

Desde ALADYR, respaldaron las recientes declaraciones de autoridades chilenas sobre la desalinización de agua de mar como solución de abastecimiento potable a tomarse en cuenta según las particularidades de cada región.

En efecto, para la capital del país consideraron que sería un “excelente complemento” que permitiría reforzar la seguridad hídrica de la Región Metropolitana ante los desafíos que seguirá imponiendo el cambio climático.

Antofagasta como ejemplo en el norte

En una posición de consolidación con el uso de la tecnología de desalación para producir agua potable está la Región de Antofagasta, a través de su empresa sanitaria Aguas Antofagasta, que ya completa casi dos décadas de liderazgo en el uso del agua de mar para producir agua potable en consumo humano. De hecho esta sanitaria actualmente genera un 60% de su producción de agua a través de desalación y el restante 40% se completa con afluentes cordilleranos, para cubrir la creciente demanda por agua en medio del desierto más seco del mundo, el “Desierto de Atacama”.

La Región de Antofagasta lidera la producción de agua potable vía desalación en el país, con tres plantas operativas / Imagen cedida por Aguas Antofagasta

Desalación gana terreno

A propósito de las afirmaciones de Alfredo Moreno y Jessica López, titulares del Ministerio de Obras Públicas y de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess) respectivamente, sobre los costos de la desalación, precisaron que la compatibilidad con energías renovables como la fotovoltaica y la cada vez menor disponibilidad del recurso a partir de fuentes naturales como ríos y acuíferos harán que la desalación siga ganando terreno en el país más allá del norte donde ya está afianzada.

ALADYR

Agregaron que para ALADYR el reúso de aguas residuales tratadas es la piedra angular de una gestión hídrica integral, ya sea que el líquido provenga de fuentes naturales o de la desalinización, además que en las actuales condiciones de escasez todo vertido de agua y efluentes al océano es un desperdicio que Chile no puede permitirse.

Para Patricio Mártiz, director de la Asociación en Chile, el cambio climático demanda, y lo hará con mayor intensidad, que todos los sectores de la sociedad colaboren para llegar a la máxima eficiencia hídrica y que esto pasa por la incorporación coordinada de las soluciones.

“La reducción en los costos de la desalinización y la baja en la disponibilidad de las fuentes naturales hará que la tecnología se afiance en todo el país”

Patricio Mártiz, director de ALADYR

Swap de aguas

Siguiendo con lo anterior, propuso la implementación de un swap – intercambio – de aguas entre las áreas costeras, incluido valles agrícolas, con las zonas cordilleranas, para reducir los costos de impulsión o bombeo. Bajo esta lógica, una ciudad como Santiago podría asegurar su extracción desde los ríos o escorrentías subterráneas que hoy se ocupan en las zonas más bajas de la región, mientras que éstas se abastezcan de agua de mar desalinizada.

Respecto de los costos y precios de equilibrio, dice que “debe trabajarse en un modelo que refleje el costo de escasez y a su vez que permita asignarlo eficientemente, además de implementar políticas que promuevan la instalación de plantas en el corto plazo”. Pero “Siempre teniendo en cuenta el reúso de aguas residuales tratadas” subraya.  

Impulsión más costosa

“Si bien Chile comparte la característica de desierto con los países que han implementado la desalación como eje central para resolver su escasez, nos juega en contra la geografía, donde la impulsión de agua es más costosa que la propia planta desaladora, por eso debemos plantear una solución por etapas: Primero, la desalación en la costa para consumo humano, luego en los valles costeros para que se minimice la explotación de los ríos y así se libere el agua que viene de la cordillera, y el tercer paso sería para el interior en zonas como Santiago, como respaldo o complemento” señaló Mártiz.  

Costos a la baja

El representante de ALADYR en Chile agregó que el costo del agua desalinizada ha bajado considerablemente, que la tecnología está en plena madurez, y que con ello ha sido posible respaldar el desarrollo económico de regiones como Antofagasta y Atacama donde se concentra el mayor núcleo de desalación de agua de mar de América. “Seguramente en el futuro cercano, se sumará el resto de las regiones del centro-norte”.

Para finalizar, colocó a ALADYR a disposición de las instituciones públicas y privadas para colaborar en la implementación de la desalinización y el reúso de agua y efluentes como parte de los esfuerzos para procurar la seguridad hídrica en este contexto del cambio climático y escasez hídrica.  

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