Más de 300 toneladas de cable de acero han sido recicladas y se han convertido en nuevas piezas

Como parte de su compromiso con la sustentabilidad de la industria pesquera, Corpesca ha desarrollado en los últimos 3 años una iniciativa pionera y única en su tipo en el país, que ha permitido reciclar más de 300 toneladas de cables de acero que se utilizan en las distintas operaciones de los barcos pesqueros, transformándolo en nuevas piezas para la industria, evitando que se conviertan en desechos.

La iniciativa de innovación, se inserta en un convenio entre Corpesca y la empresa Todo Izaje, del holding Bruening, y comenzó a operar en el año 2020, implicando el retiro de los cables que ya han cumplido su vida útil en los barcos de la pesquera, para luego fundirlos en las instalaciones que tiene la compañía en Alto Hospicio y reconvertirlos en otros productos relacionados al sector.

Desde el inicio del convenio las cifras hablan por sí solas. Sólo durante el año 2020 se retiraron 29.700 metros de cable, lo que equivale a 138 toneladas de este material, mientras que el 2021, en medio de la pandemia, la cifra se situó en los 14.100 metros de cables que es equivalente a 84 toneladas. En otras palabras, el 100% de los cables que ya han cumplido su periodo de operación segura se retiran para ser reciclados.

En tanto, en el primer semestre del 2022 se han retirado 14.800 metros de cables que se traducen en 78 toneladas.

De esta manera, el total en los 3 años que ha operado el convenio ha implicado el retiro de 58.600 metros de cable de acero y su equivalente a 300 toneladas de este material, lo que ha sido nuevamente procesado y utilizado en la industria.

“Las cifras dan cuenta de un trabajo permanente y constante de la empresa por revalorizar sus operaciones, por cada vez desarrollar operaciones más sustentables y, sobre todo, por ser más amigables con su entorno, lo que constituye un orgullo para todos quienes trabajamos en Corpesca”, apuntó Miguel Angel Escobar, Gerente de Operaciones.

En este sentido, destacó el hecho que la compañía tiene entre sus ejes estratégicos el desarrollar operaciones cada vez más sustentables, lo que implica no sólo la mirada del recurso marino, sino también cómo se minimizan los efectos en el entorno de la comunidad donde están insertas las bases.

Economía Circular

Los cables una vez retirados desde Corpesca se convierten en Todo Izaje en otras piezas utilizadas por la industria pesquera como las pastecas y hélices para los barcos que están en operaciones.

“Con este trabajo logramos reutilizar  las materias primas y forjar una economía circular, pero sin duda, lo más importante es que se está trabajando en favor del medio ambiente, evitando la contaminación por acero, del mismo modo se genera desarrollo local al diseñarse piezas en la región y, sobre todo, hay un factor económico, porque los elementos que se generan producto del reciclaje tienen un valor más bajo al que tienen habitualmente los productos nuevos, esto porque la materia prima, ahora es entregada por Corpesca”, explicó Saul Gubernatti, asesor técnico de puerto y pesca de Todo Izaje.

Pero el proceso de innovación no quedará en dos productos para la industria pesquera, Gubernatti explica que se está trabajando en otros prototipos, para poder desarrollar nuevos elementos que sean útiles para la industria.

Recuperación de Flotadores

En la misma línea, Corpesca está trabajando en la recuperación de flotadores o boyas usados en las redes de pesca. Estos elementos sufren daño generalmente producto de las operaciones en alta mar, por exposición a elementos cortantes y desgaste natural, por lo que, hasta hace algunos años, eran eliminados sin mayor tratamiento.

Hoy, según explicó Enrique Iturra Carrasco, Jefe de Mantención de Redes de Corpesca, los flotadores que presentan desprendimiento de masa y/o grietas muy pronunciadas, pueden ser recuperadas, para lo cual, se utiliza una mezcla experimental creada en la misma base de la compañía.

“La mezcla está formada por la base de PVC de un flotador irrecuperable, la que es obtenida a través de un esmeril y el desgaste de la boya, lo que se suma a otros elementos que permiten crear una pasta que posteriormente permite rellenar las grietas”, explicó Iturra.

Tras el proceso de secado, las boyas o flotadores están en condiciones de ser utilizados nuevamente, extendiendo su vida útil, generando un ahorro importante y, sobre todo, evitando agregar un desecho al entorno.

 

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