Más de 1.000 envases de productos de consumo masivos ya pueden usar el sello #ElijoReciclar
Para que un producto obtenga el distintivo debe certificar que al menos el 80% del envase está hecho de materiales reciclables, que estos pueden ser separados correctamente y que actualmente existe demanda de la industria chilena del reciclaje por estos materiales, es decir, que son efectivamente reciclados.
Luego de ser analizados más de 1.150 productos por parte de certificadoras acreditadas e independientes, a la fecha se ha autorizado que 1.000 envases puedan usar el sello #ElijoReciclar, la primera eco etiqueta masiva de Chile, que entrega información a los consumidores sobre la reciclabilidad de envases y embalajes de uso cotidiano.
De los 1.000 envases aprobados, el 85% pertenecen a la industria de alimentos y bebidas. A su vez, el 61% de los envases contienen plástico como su principal material. El proceso de análisis certifica que un envase está compuesto, en su mayoría, por materiales teóricamente reciclables y que, en la práctica, existe demanda por parte de valorizadores nacionales.
La ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, comentó que “es un gran hito que, a poco más de dos meses del lanzamiento público del sello #ElijoReciclar, lleguemos a los 1.000 envases aprobados porque este distintivo entrega información clara y certificada a la ciudadanía sobre cuáles son las alternativas más reciclables en el país. Además, valoramos el esfuerzo del mundo privado por sumarse a la economía circular y la cultura del reciclaje y los resultados de este acuerdo nos ayudarán a estudiar una regulación a futuro para las empresas que ponen en el mercado envases y embalajes”.
El desarrollo del sello #ElijoReciclar se enmarca en el Acuerdo de Producción Limpia (APL) de EcoEtiquetado, acuerdo público-privado liderado por el Ministerio de Medio Ambiente, SOFOFA, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, la Asociación de Consumo Sustentable Circular y SERNAC, al que han adherido 37 empresas, desde pymes hasta transnacionales.
Por su parte, Bernardo Larraín, presidente de SOFOFA, destacó que el Acuerdo de Producción Limpia “es el fruto de un trabajo público-privado que ha sido coordinado desde SOFOFA, en alianza con el Ministerio del Medio Ambiente y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, involucrando a más de 100 organizaciones con el objetivo de aprender, desde un piloto práctico que involucra a la ciudadanía, cómo implementar una ecoetiqueta que impulse la economía circular”.
El director ejecutivo de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, Giovanni Calderón, aseguró que “la ecoetiqueta es un avance fundamental para que las empresas y los consumidores transiten hacia una economía circular. Con este sello se facilita el rol activo que deben tener los consumidores en la gestión de sus residuos y, al mismo tiempo, representa una oportunidad para las empresas de mejorar sus estándares y agregar valor a sus productos para acceder a nuevos mercados”.
Dentro de los objetivos del APL está pilotear el proceso de certificación bajo el cual se han evaluado todos los envases a la fecha. Durante los próximos meses se comenzará a ver en las góndolas de supermercado los envases aprobados, siendo esta instancia en la que los consumidores interactuarán con el eco-etiquetado, la que considera dos elementos en los envases: un sello frontal que indica que el envase es reciclable, y la información de la materialidad por componente del envase.
El piloto de eco-etiquetado cuenta a la fecha con 4 casas certificadoras validadas, 15 valorizadores que respaldan la demanda de los envases aprobados y 37 empresas comprometidas a evaluar envases.
El detalle de las organizaciones involucradas se puede ver en www.elijoreciclar.cl.
Considerando que el objetivo de la ecoetiqueta apunta a los consumidores, Carola Moya, directora de la asociación de consumo sustentable Circular, destaca que “este sello marca un antes y un después en la rotulación de los envases, pone fin a las autodeclaraciones y al greenwashing, ya que cada producto que cuenta con éste debió pasar un protocolo de certificación estricto que asegure la ruta consolidada para su reciclaje, entregando información a la ciudadanía sobre qué hacer con cada uno de los componentes, fomentando la corresponsabilidad y transparencia”.