LiQu + Arte: Manos prodigiosas para transformar lo que otros desechan

Linda Ugolini de Querat es una emprendedora, adulta mayor y recicladora que, con sus prodigiosas manos, da una segunda vida a vidrios, botellas y madera, convirtiéndolos en artículos de una belleza única.  A sus 74 años tiene muchos sueños. El mayor de ellos, tener su propia tienda,  que su emprendimiento LiQu + Arte pueda dar más trabajo y gestionar sus productos comercialmente. Linda simplemente, es una motivación para las nuevas generaciones por su fuerza y empuje.

Tiene unas manos prodigiosas. Transforma, recicla y da nueva vida a los residuos que otros desechan, buscando siempre la belleza y la armonía. Ella es el fiel ejemplo de los adultos mayores que tienen “una vejez mejor”, siempre activa y presente en distintos ámbitos.

Linda Ugolini de Querat tiene 74 años, pero su voz y su pasión por lo que hace derrocha vitalidad, la que traspasa cada día a los cientos de productos que desarrolla con vidrio, con madera y con otros elementos que llegan a sus manos para tener una segunda vida.

Un emprendimiento que partió tímidamente reciclando el material sobrante del diseño y construcción de vitrinas, un oficio que desarrollaba en conjunto con su compañero de vida, Juan Querat Reyes, hoy la ha convertido en una de las principales exponentes de la técnica de Vitrofusión y Reciclaje en la región a través de LiQu + Arte.

Orgullosa nos cuenta que es artesana en vitrofusión, recicladora de base certificada, promotora de una vejez activa y, sobre todo, una ambientalista comprometida 100 por ciento, porque sabe que el cuidado del entorno es esencial para mantener un planeta menos contaminado.

Tutoriales e imaginación

Viendo tutoriales, con capacitaciones y con mucha imaginación, comenzó a desarrollar nuevos productos. Hoy tiene máquina, un pequeño taller y un espacio para dejar sus creaciones, todo obtenido con su esfuerzo.

Como tantos otros emprendedores, reconoce que pocas veces ha ganado un proyecto o una iniciativa ha sido favorecida con recursos estatales, pero eso no la desanima, al contrario, la motiva a continuar avanzando en su sueño.

Y sus compradores no la abandonan. Incluso en pandemia ha mantenido sus niveles de venta anteriores, afirmando que actualmente “nada se pierde en su casa” y, sobre todo, pueden cumplir todas las exigencias de sus clientes porque cuenta con maquinaria que le permite hacer cualquier tipo de corte en el vidrio.

“Hoy trabajamos nuestros productos con cero por ciento de residuos. De una botella sacamos el cuello y la base. Por ejemplo un florero y un salero. Siempre que nos queda un residuo o un retazo de algo, busco cómo desarrollar otros elementos”, nos comenta Linda.

Así, de sus manos salen lámparas, tablas, adornos, mesas y un sin fin de elementos que los comercializaba en ferias de emprendedores, en tiempos pre pandemia, mientras que ahora el foco está en las ventas a través de sus redes sociales.

¿Su mayor premisa? Desarrollar productos únicos en formas, en color o texturas, por eso va creando, casi inventando, cómo dar más valor a un elemento. Ahora espera confiada que esta reapertura permita incrementar las ventas participando en distintos eventos.

Economía Circular

Linda asegura que su trabajo genera una economía circular perfecta, dado que el proceso se inicia con la búsqueda de las botellas en distintas casas, las que posteriormente, son rescatadas y convertidas en un nuevo producto.

“Siempre digo que es economía circular perfecta. Vamos rescatando, produciendo, desarrollando productos y liberando al medio ambiente. Las botellas no se van al vertedero, por tanto hay menos daño para el entorno”, aseguró.

Pero Linda no sólo trabaja el vidrio, también confecciona productos en madera. “En general cuando vemos una caja de tomates o frutas que muchas veces quedan abandonadas en las esquinas, las tomamos, las sanitizamos y las pulimos para ver qué puede salir de este cajón. Así hemos desarrollado carretillas, mesas o bandejas, entre muchos otros productos”, dice orgullosa.

Sus sueños

Pero Linda tiene un sueño. Tener su propio local dentro del hogar, tener personas trabajando y ella canalizar ventas, “tengo una meta ambiciosa, pero no la puedo llevar a cabo aún porque nos faltan recursos, pero tengo fe y mucha confianza.  Sé que voy a lograr mi sueño”, afirma decidida.

Una especial mención tiene su familia, la que -según cuenta- siempre la ha apoyado en la formación de LiQu+Art, comprando incluso los materiales o maquinarias necesarias para desarrollar su emprendimiento.

Se declara feliz, afirmó que no quiere ser millonaria con su emprendimiento, pero sí vivir más holgados, porque como muchos adultos mayores del país, sus pensiones no les permiten vivir como quisieran.

Y su reflexión final simplemente es una arenga más de la fortaleza de esta mujer que, desde los 9 años, nunca ha dejado de trabajar “los años no se miden por los años, tampoco por las arrugas o el pelo, eso no es nada. Tengo sueños que quiero cumplir porque quiero vivir mi vejez con buena calidad de vida”, dice decidida.

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