El CO2 en espacios poco ventilados: un riesgo para la salud especialmente en verano

El dióxido de carbono (CO2) es un gas incoloro e inodoro que, aunque no es tóxico en concentraciones normales, puede afectar negativamente la salud humana cuando se acumula en espacios cerrados. Según un artículo publicado por S&P, la acumulación de CO2 en ambientes interiores puede causar síntomas como dolores de cabeza, mareos, fatiga, disminución de la concentración y aumento de la frecuencia cardiaca.
En verano, la situación se agrava debido al aumento de las temperaturas y la menor ventilación en los espacios cerrados. La falta de circulación de aire fresco permite que el CO2 se acumule más rápidamente, incrementando los riesgos para la salud.
Para mitigar estos efectos, se recomienda la instalación de sistemas de ventilación mecánica que aseguren una adecuada renovación del aire. Estos sistemas no solo eliminan el aire viciado, sino que también pueden mejorar la eficiencia energética de los edificios.
Cómo mejorar los niveles de CO2 en interior
La instalación de sistemas de control de calidad del aire es fundamental para mantener los niveles de CO2 dentro de los rangos recomendados. Medir y controlar el CO2 es una de las prácticas más eficaces para asegurar un aire interior saludable.
Los medidores de CO2, también conocidos como sensores de CO2, son dispositivos esenciales en la gestión de la calidad del aire interior. Estos sensores detectan la concentración de dióxido de carbono en el ambiente y proporcionan datos cruciales para la regulación de sistemas de ventilación.
Niveles de concentración de CO2 y sus efectos en el cuerpo humano:
300-400 ppm (0.03%-0.04%): Concentración normal en el aire exterior. No se observan efectos adversos.
500-1,000 ppm (0.05%-0.1%): Puede causar molestias menores como dolores de cabeza y fatiga.
1,000-2,000 ppm (0.1%-0.2%): Aumento de la frecuencia respiratoria y posibles dolores de cabeza más intensos.
2,000-5,000 ppm (0.2%-0.5%): Puede causar mareos, confusión y disminución de la capacidad de concentración.
5,000 ppm (0.5%): Límite permisible de exposición según OSHA. Puede causar dolores de cabeza, mareos y fatiga.
10,000 ppm (1%): Puede causar letargo y respiración rápida.
15,000 ppm (1.5%): Puede causar respiración moderadamente estimulada, aumento de la frecuencia cardíaca y presión arterial.
30,000 ppm (3%): Puede causar respiración moderadamente estimulada, aumento de la frecuencia cardíaca y presión arterial.
40,000 ppm (4%): Inmediatamente peligroso para la vida o la salud (IDLH).
50,000 ppm (5%): Puede causar mareos, confusión, dolores de cabeza y dificultad para respirar.
80,000 ppm (8%): Puede causar visión borrosa, sudoración, temblores, inconsciencia y posible muerte.
En conclusión, es crucial estar atentos a los niveles de CO2 en espacios cerrados, especialmente durante el verano, para proteger la salud y el bienestar de las personas.