Educación Ambiental: cuando la desesperación es tan nociva como la negación


Gustavo Cruz de Moraes, Gerente general de Natura Chile

En un nuevo aniversario del Día de la Educación Ambiental, nos invita a reflexionar sobre cómo podemos contribuir a formar a futuras generaciones y ciudadanos en general con hábitos, conceptos, valores y acciones para lograr tener una convivencia menos dañina para el ecosistema. Qué estamos haciendo como entidades público y/o privadas, políticas públicas, a nivel comunicacional, entre otras, para heredar un planeta más bonito, donde nuestros hijos e hijas sepan relacionarse con amor y respeto por la naturaleza.

Esto va más allá del activismo puro y no es una dicotomía entre desarrollo y sustentabilidad, se trata de hacernos, y hacer a quienes aún no lo ven, conscientes de lo que está pasando en nuestro ecosistema.

Bajo el lema “una sola Tierra”, a mediados del 1972, se realizaba por primera vez el Día Mundial del Medioambiente, otra fecha que busca concientizar, y donde el llamado era a vivir de manera sostenible para que, entre todos y todas, forjáramos una manera armónica de relacionarnos con la naturaleza. Ubicarla al centro, conscientes de que es responsabilidad de la humanidad salvaguardar sus recursos finitos.

Desde entonces han pasado cinco décadas y este llamado está más vigente que nunca, pero el 2021, luego del tajante informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), al parecer recién hicimos acuso de recibo como sociedad. Escuchamos a muchos aparentemente sorprendidos por las conclusiones del documento y la ola de reacciones que generó a posteriori nos hace pensar, ¿acaso no habíamos sido advertidos durante décadas de que ya había llegado la hora de actuar a conciencias y en armonía con la naturaleza?

El tiempo nos ha mostrado que la desesperación es tan peligrosa como la negación, debemos ser capaces de encontrar el equilibrio, y esta es nuestra oportunidad, nuestra ventana de tiempo que permitirá aplicarnos para evitar un cataclismo ecológico. Ocupémoslo a nuestro favor, avanzando a pasos cortos, pero firmes, sin perder de vista que la tarea está en mejorar políticas públicas e impactar positivamente con cambios internos y externos, de a poco, el cambio climático per se… Alentémonos a abrir caminos hacia un futuro más próspero y seguro. Juntos y juntas, la meta está a nuestro alcance.

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