CORE de Tarapacá aprobó restauración de histórica Iglesia de Sotoca
Este monumento histórico fue afectado por el terremoto de 2005 en la región de Tarapacá y, desde esa fecha, se mantiene sin uso.
Por unanimidad, el Consejo Regional de Tarapacá, que preside el Gobernador José Miguel Carvajal, aprobó los recursos para iniciar las obras de restauración de la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Sotoca, ubicada en la comuna de Huara, patrimonio que resultó considerablemente dañado desde el terremoto de 2005 y que ha esperado diecisiete años por su reconstrucción.
Actualmente, la iglesia no está en uso debido a los daños, sin embargo, de igual manera, se realizan procesiones durante el año, utilizando una parroquia provisoria que se construyó en un sitio aledaño al santuario, lo que refleja la importancia de este recinto para las actividades de la comunidad.
De acuerdo con los plazos, el proyecto comenzará el segundo semestre de este año y considera una inversión que supera los 1.300 millones de pesos (M$1.356.560). Las obras permitirán recuperar íntegramente la iglesia de Sotoca, considerando la consolidación estructural y la restauración de los muros de adobe y piedras con colapso parcial, sus altares laterales, pórticos de acceso en piedra labrada, reposición de cubierta, etc. La Unidad Técnica de esta iniciativa es la Dirección de Arquitectura del MOP y la institución financiera, el Gobierno Regional de Tarapacá.
El pasado 28 de marzo, la comunidad de Sotoca, se reunió con el gobernador Carvajal, quien les confirmó el apoyo del Gore para concretar la recuperación de este patrimonio arquitectónico que data – se presume – del siglo XVII. “Cuando uno compromete con la comunidad ciertas gestiones y estas se van resolviendo, a uno le agrada comunicarles que hoy llegamos a un buen punto. Sabemos lo potente que es la restauración de iglesias en el Tamarugal: esto no se trata de una iglesia católica que se levanta, se trata de un edificio patrimonial, identitario, que reúne una historia de la cosmovisión de los pueblos originarios”.
Agregó que, desde el Gobierno Regional, se encuentran diseñando un Plan especial de inversión patrimonial. “En el corto plazo, hay una cartera de proyectos que ya podemos gestionar y financiar, pero también hay que abordar otros aspectos como resguardo y rescate y estrategias de cómo logramos aumentar la cantidad de visitas a algunos territorios, impulsando el turismo y, con ello, el emprendimiento”, puntualizó la autoridad regional.
Cecilia Castillo, presidenta del Comité de Reconstrucción iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Sotoca y quien ha estado presente en esta lucha, agradeció las gestiones del gobernador. “Reitero: la iglesia es el corazón de un pueblo, es donde se celebran nuestras tradiciones, donde están nuestros santos patronos, es un corazón que va a volver a latir. Agradezco enormemente al señor gobernador porque él, hace un mes atrás, se comprometió con ayudarnos y darnos los recursos y esto sucedió hoy. El hecho que nos aprobaran los recursos significa que el gobierno está ayudando, protegiendo nuestro patrimonio, y traerá muchas cosas buenas para todas las comunidades”.
Por su parte, la exconsejera Francisca Salazar y como parte de la comunidad de Huaviña, poblado de la comuna de Huara, expresó, “aquí ha habido una voluntad política del gobernador como presidente del Consejo Regional. Hace como un mes tuvimos una reunión con él – porque el proyecto ya tenía RS – para ver la posibilidad de que él lo pusiera en tabla para poder asignar los recursos; eso se agradece muchísimo, y agradecer a los consejeros y consejeras regionales porque la aprobación fue unánime”.
El recinto tiene una superficie construida de 400 metros cuadrados aproximadamente, correspondientes a la nave principal de la iglesia y sus tres recintos laterales destinados a capillas y sacristía.
La fiesta más importante de la comunidad de Sotoca, es la Festividad de San Pedro y San Pablo de Sotoca, que se celebra entre el 28 de junio y el 1 de julio de cada año. Anualmente, reciben 600 personas que asisten a las festividades religiosas de carnavales y procesiones, en un poblado que cuenta con cerca de veinte habitantes permanentes.