¿Conoces el impacto ambiental de producir agua embotellada?

Cada botella de plástico que se fabrica requiere el uso de al menos 100 ml de petróleo, se estima que alrededor del 9% de la producción anual de plásticos se destina a la fabricación de estas botellas. Aunque en Chile existe la tendencia de aumento de consumo de agua potable, también hay nuevas alternativas de dispensadores asociados a la red de distribución que permitirían reemplazar a las contaminantes botellas plásticas.
Elegir saciar la sed con el contenido de una botella de plástico puede parecer un acto trivial, pero sus consecuencias ambientales son profundas. Cada botella representa el uso de recursos no renovables, como el petróleo, y un proceso de fabricación que emite gases de efecto invernadero, aportando aceleradamente al cambio climático. Sumado a ello, su desecho tiene un impacto duradero, por los siglos que el plástico tarda en degradarse, contaminando ecosistemas y liberando microplásticos que afectan tanto a la vida terrestre como marina, poniendo en peligro la biodiversidad y la calidad del agua.
Alarmantes cifras
La producción global de plástico supera los 430 millones de toneladas anuales, y América Latina contribuye aproximadamente con el 20% de esta cifra. En Chile, se generan alrededor de 25.000 toneladas de plástico al año, posicionando al país como el líder latinoamericano en acumulación per cápita de este material. Además, se estima que más del 6% del petróleo producido en el mundo, se utiliza en la fabricación de plásticos, evidenciando la fuerte dependencia de la industria del plástico con los recursos fósiles.
Se necesitan aproximadamente 100 ml de petróleo para fabricar una sola botella de plástico y según cifras de Greenpeace, cada año se producen 500 mil millones de botellas de plástico.
A nivel mundial, este material representa casi el 40% del peso total de los desechos generados, y lamentablemente, solo el 8.5% de las botellas de plástico se reciclan, mientras que el resto termina en vertederos o en los océanos, contribuyendo a una grave crisis ambiental. Se estima que un camión lleno de plástico desechado llega a los océanos cada minuto, una cifra alarmante que refleja la urgencia de encontrar alternativas sostenibles.
Tendencias
La realidad obliga a tomar acción y según un reciente estudio publicado por la Asociación de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess) y Criteria, la preferencia por el consumo directo de agua de la llave, en Chile, creció de manera significativa en 2024. En efecto, el estudio señala que en las categorías de lavar comida; cocinar o cocer comida y para consumo personal, la preferencia por tomar agua directamente de la llave ascendió a 90%, 72% y 50%, respectivamente. Desde Andess reafirman que esta preferencia por el agua proveniente directamente de la llave tiene que ver con la confianza. “Tomar agua potable en las ciudades chilenas es sano y es seguro para la salud, como demuestran los indicadores de salud relacionados con el acceso a agua potable y alcantarillado. Otro factor relevante es la tarifa, que en el caso de Chile es de $1,6 pesos promedio por litro de agua, incluyendo producción y distribución de agua potable y recolección y tratamiento de aguas servidas, lo cual es muy asequible, y más aún si se compara con el agua envasada. Hoy, pese a la menor disponibilidad del recurso en las fuentes naturales, el agua potable llega en oportunidad, cantidad y calidad a todos los habitantes de las ciudades de Chile y el 100% de las aguas servidas urbanas recolectadas son descontaminadas en sistemas de tratamiento, evitando que afecten cuerpos de agua”, señala Lorena Schmitt, su presidenta ejecutiva.
Dispensadores
Otra de las alternativas que podría aportar a disminuir el consumo de botellas plásticas, es el uso de dispensadores de agua conectados a la red de agua potable. Según explica Claudio Brinkmann, Co-Fundador y CEO de Maihue, actualmente existen estos dispensadores que operan con sistemas de purificación adaptados a la realidad del agua chilena, como una alternativa más sostenible y económica. “Diversas iniciativas están buscando reducir la dependencia de botellas de plástico, y la tendencia mundial apunta hacia el uso de dispensadores de agua purificada y remineralizada como una solución más eficiente”, afirmó Brinkmann.
El experto subraya que, en particular, las empresas embotelladoras de agua, cuyo consumo se ha triplicado en los últimos años en Chile, deben asumir un papel fundamental en este cambio. “Sabemos que están implementando estrategias y buscando soluciones, como la utilización de materiales más sostenibles, pero estas no solucionarán el problema de raíz”, comentó.