Para garantizar un futuro sostenible las crisis del clima, la biodiversidad y la contaminación deben abordarse en conjunto

El mundo puede transformar su relación con la naturaleza y abordar las crisis del clima, la biodiversidad y la contaminación de manera conjunta con el fin de garantizar un futuro sostenible y prevenir futuras pandemias. Así lo sostiene un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que ofrece un plan integral para abordar nuestra triple emergencia planetaria. 

El informe Hacer las paces con la naturaleza expone la gravedad de estas tres crisis ambientales con base en evaluaciones mundiales, incluidas las del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y la Plataforma Intergubernamental científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), así como la Perspectiva del Medio Ambiente Mundial del PNUMA, los estudios del Panel Internacional de Recurso  y nuevos hallazgos sobre la aparición de enfermedades zoonóticas como la COVID-19. 

Los autores evalúan los vínculos entre distintos desafíos ambientales y de desarrollo, y explican cómo los avances científicos y la formulación de políticas audaces pueden abrir un camino hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2030 y un mundo neutro en carbono para 2050, al tiempo que se detiene la pérdida de biodiversidad y la contaminación y generación de residuos.  

De acuerdo con el informe, tomar ese camino implica innovar e invertir solo en actividades que protejan a las personas y la naturaleza. El éxito se traducirá en ecosistemas restaurados y vidas más saludables, así como en un clima estable, entre otros beneficios. 

“Este informe sienta las bases de la esperanza. Al reunir las pruebas científicas más recientes relativas a los efectos y amenazas asociados a la emergencia climática, la crisis de la biodiversidad y la contaminación que acaba con la vida de millones de personas cada año, pone en evidencia que nuestra guerra contra la naturaleza ha destrozado el planeta. Sin embargo, también nos muestra el camino hacia un mundo más seguro”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, en el prólogo del informe.  

“Al transformar nuestra percepción de la naturaleza, podemos reconocer su auténtica valía. (…) Al reconocer a la naturaleza como una aliada indispensable, podemos desatar el ingenio humano en favor de la sostenibilidad y garantizar tanto nuestra salud y bienestar como los del planeta”, agregó el secretario general. 

En medio de una ola de inversiones para revitalizar las economías afectadas por la pandemia de COVID-19, el informe comunica la oportunidad y la urgencia de una acción transformadora e inmediata. También establece los roles que todos los actores de la sociedad pueden y deben desempeñar.  

2021 es un año especialmente crucial, con dos importantes conferencias mundiales sobre cambio climático y biodiversidad, en las cuales los gobiernos deben proponer objetivos sinérgicos y ambiciosos para reducir casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero en esta década y conservar y restaurar la biodiversidad. 

Abordar de forma conjunta tres amenazas planetarias 

La expansión económica ha traído una prosperidad desigual a una población mundial en rápido crecimiento. Como resultado, 1.300 millones de personas viven en la pobreza, mientras la extracción de recursos naturales se ha triplicado hasta alcanzar niveles dañinos y crear una emergencia planetaria.  

A pesar de la disminución temporal de las emisiones debido a la pandemia, el planeta se dirige a un aumento de la temperatura global de al menos 3°C en este siglo, más de 1 millón de las aproximadamente 8 millones de especies de plantas y animales corren un riesgo de extinción sustancialmente elevado, y las enfermedades causadas por la contaminación matan cada año a unas 9 millones de personas. La degradación ambiental está impidiendo el progreso hacia la erradicación de la pobreza y el hambre, la reducción de las desigualdades y la promoción del crecimiento económico sostenible. 

El informe muestra cómo estas tres emergencias ambientales interactúan y tienen causas comunes y, por lo tanto, solo pueden abordarse de manera efectiva en conjunto. Los subsidios a los combustibles fósiles, por ejemplo, al igual que los precios que no toman en cuenta los costos ambientales, están impulsando la producción y el consumo basados en el uso desenfrenado de energía y recursos naturales, el cual está detrás de estos tres desafíos planetarios. 

“Al mostrar cómo la salud de las personas y la naturaleza están entrelazadas, la crisis de la COVID-19 ha subrayado la necesidad de un cambio radical en la forma en que vemos y valoramos la naturaleza. Si se refleja ese valor en la toma de decisiones, ya sea que hablemos de política económica o de elecciones personales, podremos lograr una transformación rápida y duradera hacia la sostenibilidad”, dijo la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.  

“Los planes de recuperación verde para las economías afectadas por la pandemia son una oportunidad imperdible para acelerar la transformación”, añadió Andersen. 

El informe, publicado de cara a la quinta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, presenta ejemplos de cómo una transformación sostenible puede ponerse en práctica y generar prosperidad, empleo y una mayor igualdad.  

Un cambio de largo alcance implica reformular las maneras en que valoramos e invertimos en la naturaleza al integrar ese valor en las políticas y decisiones en todos los niveles, ajustar los subsidios y otros elementos de los sistemas económicos y financieros, y fomentar la innovación en tecnologías y modelos comerciales sostenibles. La inversión privada masiva en movilidad eléctrica y combustibles alternativos muestra cómo industrias enteras reconocen los beneficios potenciales de un cambio rápido. 

Los autores señalan que poner fin al deterioro ambiental en todas sus formas es esencial para promover varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el alivio de la pobreza, la seguridad alimentaria e hídrica, y la buena salud para todos. Un ejemplo es cómo la intensificación sostenible de la agricultura y la pesca, junto con cambios en la dieta y un menor desperdicio de alimentos, puede ayudar a acabar con el hambre y la pobreza y mejorar la nutrición y la salud, al tiempo que se conservan más espacios naturales terrestres y marinos. 

El informe enfatiza la necesidad de que toda la sociedad se involucre en la toma de decisiones e identifica acciones clave que se pueden y deben emprender desde todos los sectores para lograr un mundo sostenible. Por ejemplo: 

  • Los gobiernos pueden incluir el capital natural en las medidas de desempeño económico, poner un precio al carbono y reorientar billones de dólares que actualmente se destinan a subsidiar los combustibles fósiles o la agricultura y el transporte no sostenibles hacia soluciones bajas en carbono. 
  • Las organizaciones internacionales pueden promover el enfoque de “Una sola salud” y metas Internacionales ambiciosas para la biodiversidad, como las redes de áreas protegidas más amplias. 
  • Las organizaciones financieras pueden dejar de extender préstamos a proyectos de combustibles fósiles y desarrollar mecanismos de financiación innovadores para la conservación de la biodiversidad y la agricultura sostenible. 
  • Las empresas pueden adoptar los principios de la economía circular para minimizar el uso de recursos y los residuos, y comprometerse a mantener cadenas de suministro transparentes y libres de deforestación. 
  • Las organizaciones no gubernamentales pueden crear redes de diversos actores para garantizar su plena participación en las decisiones sobre el uso sostenible de los recursos. 
  • Las organizaciones científicas pueden proponer tecnologías y políticas de punta para reducir las emisiones de carbono, aumentar la eficiencia de recursos y elevar la resiliencia de ciudades, industrias, comunidades y ecosistemas. 
  • Las personas pueden reconsiderar su relación con la naturaleza, aprender acerca de la sostenibilidad, cambiar sus hábitos para reducir el desperdicio de alimentos, agua y energía, y adoptar dietas más saludables. 

Un futuro sostenible también significa aprender de la crisis de COVID-19 para evitar nuevas pandemias. El informe subraya cómo la degradación de los ecosistemas aumenta el riesgo de que los patógenos pasen de los animales a los humanos, y la importancia del enfoque de “Una sola salud”, que considera la salud humana, animal y planetaria en conjunto. 

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