Mercado financiero y ambientalistas en alerta con el inicio de cotización del agua en Wall Street

El pasado lunes 7 de diciembre Wall Street sorprendió a muchos anunciando que incorporaba un nuevo indicador el ‘NQH20’ que regula los intercambios de derechos de agua a futuro en California, la medida no dejó indiferente al mercado financiero mundial y levantó las alertas de ambientalistas que ven un riesgo vital en este nuevo activo financiero

“El agua, la paz y la seguridad están inextricablemente unidas”, dijo Antonio Guterres, secretario general de la ONU. “Sin una gestión eficaz de nuestros recursos hídricos, corremos el riesgo de intensificar las disputas entre comunidades y sectores y aumentar las tensiones entre las naciones”, agregó el máximo representante de Naciones Unidas.

Lo cierto es que podemos vivir sin muchas cosas, pero no podemos vivir sin agua. La escasez del bien más preciado del planeta es uno de los principales problemas del siglo XXI. Y por eso su gestión es el gran reto que tenemos por delante. Desde el pasado lunes 7 de diciembre, los derechos del uso del agua en California cotizan en el mercado de futuros de materias primas de Wall Street, el índice que se basa en los precios de los contratos a futuro de los derechos del agua.

A favor y en contra

Esta reciente decisión del mercado de futuros de materias primas en Wall Street que instala el agua como un valor a cotizar similar al petróleo, el oro o el arroz, ha levantado una agria polémica entre los que defienden que promoverá la eficiencia en su uso y los que la consideran un riesgo para la vida.

El sector financiero y empresarial no ve con malos ojos la cotización en aras de incrementar esa eficiencia, pero otras voces prefieren reforzar una gestión pública que contribuya a considerar este recurso como parte de los derechos humanos básicos y su aplicación a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Evitar transacciones informales

Así, el director de Economía del Agua en el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados, Gonzalo Delacámara, precisó a la Agencia de Noticias Internacional Efe que lo que se intercambia en estos mercados no es el agua como tal, sino “algo más sofisticado: contratos de futuros de los derechos de uso y aprovechamiento de este bien”.

Se trata de un acuerdo entre dos partes para poder disponer de ese agua en una fecha futura, regulando los intercambios de derechos para “evitar las transacciones informales, que ya se daban, de este bien público”, pues los precios que contempla desde el pasado 7 de diciembre el nuevo indicador ‘NQH20’ de la Bolsa norteamericana afectan a cuencas hidrográficas de California desde 2018, aunque “han alcanzado ahora la actualidad porque se acaba de abrir las primeras transacciones para los activos”.

Regulación pública

Según Delacámara, esta herramienta “bien utilizada, permite mandar señales en términos de eficiencia, de modo que si un regante tiene derecho a esa agua pero no la utiliza, la puede llevar al mercado para que otro la aproveche”, aunque es necesario aplicar una regulación pública “muy exigente” para evitar la especulación.

La regulación no sólo debe identificar y validar todas las transacciones, sino también evitar el empleo de información privilegiada, garantizar la transparencia y la rendición de cuentas y proteger los atributos de bien público, sin otorgar nunca más licencias administrativas del recurso que posea cada cuenca, so pena de “sobreexplotarlo y generar un grave impacto ambiental”.

Riesgo de especulación

Sin embargo, otras organizaciones consultadas por la Agencia Noticiosa Efe, como “Amigos de la Tierra”, se oponen frontalmente a que “un derecho humano básico para las Naciones Unidas esté sometido a las fluctuaciones del mercado bursátil” ya que como ha recordado su responsable de recursos naturales y residuos, Adriana Espinosa, “es difícil predecir cuál va a ser el comportamiento de un producto financiero”.

Espinosa alerta ante la posibilidad de afrontar “las peores distopías” al evocar el “antecedente terrible de la hambruna de 2008”, un año en el que según datos del Fondo de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el trigo encareció su precio un 130 % por la especulación bursátil y ello llevó a que “unos pocos ganaran dinero con la muerte y el hambre de miles”.

En la misma línea, la directora técnica de la Fundación “Global Nature”, Amanda del Río, es crítica con la decisión de Wall Street, puesto que “la lógica del mercado no reconoce el valor que tiene el agua para la Naturaleza o la biodiversidad”. Aplicar correctamente la legislación comunitaria, en concreto la del Marco del Agua, “permitiría muchas mejoras, sin necesidad de mercantilizar un bien tan básico”, añadió.

Mercado de Futuros v/s Mercado Normal

¿Para qué sirven los mercados de futuro? El mercado de futuros tiene dos diferencias con el mercado normal: pago un precio y en una fecha que puede no ser ahora. Es decir, pago hoy, garantizo un precio e intento que esté blindado hasta dentro de varios meses. En resumen los mercados de futuro sirven especialmente para garantizar un precio sobre un determinado activo.

La escasez del agua en el mundo se puede deber a la excesiva explotación para consumo humano, uso en la industria y el cambio climático. Se espera que, en el caso de sequía, el mercado de futuros permita acceder a este líquido con precios ya establecidos que impidan la quiebra de productores agrícolas. Pero también existe el riesgo de la especulación de gobiernos y empresarios.

“No se puede poner un valor al agua como se hace con otros productos básicos comercializados. El agua es de todos y es un bien público. Está estrechamente ligado a todas nuestras vidas y medios de subsistencia, y es un componente esencial para la salud pública”, advirtió Pedro Arrojo-Agudo, relator especial de Naciones Unidas sobre el derecho al agua potable y al saneamiento.

El experto alertó sobre un posible riesgo de especulación por el precio del agua, por parte de bancos y fondos de cobertura, generando una burbuja especulativa como sucedió con el mercado de alimentos en 2008.

“En este contexto, el riesgo es que los grandes actores agrícolas e industriales y los servicios públicos a gran escala sean los que puedan comprar, marginando e impactando al sector vulnerable de la economía como los pequeños agricultores”, explicó.

Incluso, Arrojo-Agudo aseguró que, con la cotización del agua en el mercado de valores, este derecho humano básico “ahora está amenazado”.

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