JUNJI apuesta por la sensibilidad parental hacia la niñez en pandemia

La cuarentena y el estrés que provoca la pandemia del Covid19, también tienen efecto en los niños, que pueden sufrir de desregulación emocional, por lo que es importante que los padres generen actividades para enfrentar el día a día.

En la actualidad, la primera infancia también ha sido afectada por la situación sanitaria COVID-19, y se ha observado últimamente que las niñas y niños han presentado altos niveles de estrés y/o desregulación emocional, dificultad en conciliar o mantener el sueño, irritabilidad, regreso a las conductas anteriores según su etapa de desarrollo, (enuresis o chuparse el dedo), necesidad de permanecer mayor tiempo con su figura significativa, dificultad al momento de la separación, siendo estos algunos ejemplos, en como ellos expresan sus necesidades durante este periodo, que por lo demás es esperable, pues que los párvulos den cuenta a través de su corporalidad y lenguaje verbal. Es entonces, que surgen múltiples preguntas por partes de los padre, madres y/o cuidadores acerca del  ¿Qué hacer?.

Los profesionales Erika Sáez Garrido, psicóloga infantil y Rodrigo Ríos Morales, trabajador social, profesionales pertenecientes a la Subdirección de Calidad Educativa de la Junta Nacional de Jardines Infantiles, JUNJI, explican que a través de una crianza respetuosa, en como otorgar a las niñas y niños una respuesta  de sensibilidad oportuna y sostenida en el tiempo, por parte de un adulto hacia la infancia, especialmente en momentos de pandemia. 

Explicaron que en la niñez se pueden sentir diversas emociones, pensamientos y conductas, logrando comunicar sus propias necesidades, según su ritmo y distintas formas de acuerdo con la edad y experiencia que están viviendo.

Entonces para responder de una manera sensible, adecuada y respetando el ritmo de calma y satisfacción. Los adultos deben observar las conductas, por ejemplo cómo es la postura corporal, tonos y sonidos de voz, expresiones faciales y relatos verbales.

Acercar el lenguaje

Luego debe pensar ¿qué le sucede al niño o niña?, ¿qué necesita de mí como adulto?, y con tranquilidad (tono de voz, postura corporal y expresiones faciales en calma),  se debe acercar a la altura del párvulo  con un lenguaje sencillo hablando de las emociones que está expresando e intente responder según la expresión de respuesta, usted sabrá si da resultado según las emociones y conducta de la/el niña/o.

Es fundamental, lograr identificar y dar respuesta oportuna a las señales de parte del niño o niña, ya que genera en ellos sentimientos de ser visto, escuchados y atendidos.

Lo anterior, favorece las interacciones comunicativas y de afecto, generando en ellos sentimientos de seguridad, calma y confianza. “Esto es buen trato y crianza respetuosa”.

Para lo anterior, es importante que el adulto debe pensar y reflexionar acerca de sus propios pensamientos y emociones, ¿Qué siento cuando mi hija/o esta alegre, triste, enojado, llorando o disfrutando de su juego?, ¿me siento estresado por el estado emocional de él o por otras situaciones personales, o por la contingencia actual?

Antes y después de atender a las necesidades de su hija/o, usted pueda tener la capacidad de autorregular sus emociones y pensamientos, lo que es fundamental.

Finalmente, frente al estrés y el darse cuenta que usted pudiera encontrarse afectado emocionalmente pida apoyo a otro adulto o intente respirar profundamente, luego mire a su hijo y piense es pequeño, aún por la edad no puede autocontrolar sus emociones ni dar solución a sus necesidades por sí solo. Me doy cuenta que necesita de mí como adulto para calmar y dar tranquilidad a su cerebro y corazón. Esto es una conducta de buen trato consciente hacia la primera infancia.

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