Flota de 300 naves chinas sorprende a Chile sin plan para controlar “in situ” la pesca ilegal

En agosto se encendieron alertas en Ecuador por un enjambre de 300 barcos principalmente chinos en las afueras de Islas Galápagos, el que luego se desplazó hacia Perú. Ahora se dirige a Chile y se advirtió sobre la posibilidad de pesca ilegal.

El 15 de noviembre de 2018, el pesquero chino Lu Yan Yuan Yu 016 ingresó al área marina protegida Nazca-Desventuradas, a 850 kilómetros de la costa chilena, a la altura de Chañaral. Meses antes, había estado en actividades de pesca kilómetros afuera de la zona económica exclusiva de Ecuador que envuelve a las Islas Galápagos. Luego se dirigió al sur peruano, donde se detuvo varios días. Tras cruzar por la reserva marina chilena —donde está prohibida la extracción pesquera y en la que abunda el jurel y el pez espada—, continuó su viaje hacia la Patagonia, donde se le perdió el rastro.

El Lu Yan Yuan Yu 016 no es cualquier embarcación y a estas alturas ya no pasa desapercibido para las autoridades marítimas de otros países. Forma parte de una flota de más de 50 barcos controlados por la compañía china Rongcheng Rongyuan Fishery, la que en registros internacionales figura con prontuario por pesca ilegal. A fines de abril de este año, el Lu Yan Yuan Yu 016 se vio envuelto en una trama de pesca ilegal en las costas de Argentina.

El 24 de agosto de 2016, se publicó en el Diario Oficial el decreto con el que el gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet declaró a Nazca-Desventuradas Parque Marino (PM), convirtiéndola en la zona de conservación marítima más grande de todo el continente americano. Nazca-Desventuradas —que comprende los alrededores de las islas San Ambrosio y San Félix, además de los islotes González y Roca Catedral—, tiene una superficie de 300 mil km2, equivalentes a casi el 40 % del territorio continental del país.

Parque marino Nazca Desventuradas. Foto: Eduardo Sorensen-Oceana

La noticia no solo ocupó portadas de la prensa y medios especializados locales. National Geographic, La Vanguardia y el Washington Post, entre otros, también recogieron el hecho. Chile se ponía en un posición de vanguardia global en materia de cuidado y protección de áreas marinas.

El paso del Lu Yan Yuan Yu 016 sobre las aguas de Nazca-Desventuradas se da en medio de una agresiva arremetida de embarcaciones pesqueras, principalmente de bandera china, en el Pacífico sur y en el oeste africano en la última década. “Hasta el día de hoy, la flota de pesqueros chinos es incuantificable. Algunos son legales, otros no”, advierte la directora de la ONG Oceana, Liesbeth van der Meer.

El 24 de septiembre pasado, la embajada de Estados Unidos en Perú emitió una alerta por la presencia de 400 barcos, casi todos procedentes de ese país, a 230 millas de las costas de la ciudad de Pisco. Organizaciones ambientalistas ecuatorianas hicieron lo propio solo un mes antes, tras detectar a esa misma enorme flota de pesqueros estacionada en las afueras de la reserva marina de islas Galápagos. Desde World Wildlife Ecuador expresaron en un comunicado que el hecho representaba una “amenaza para los recursos pesqueros y la biodiversidad marina”. Hace solo días, el 1 de octubre, la ONG Oceana advirtió —también a través de un comunicado— que el mismo enjambre de pesqueros que ya estuvo en Ecuador y Perú, ahora se dirige a Chile. De acuerdo al organismo, algunas embarcaciones estarían apagando sus sistemas de posicionamiento satelital para realizar actividades de pesca ilegal.

CIPER, en colaboración con Mongabay Latam y otros medios latinoamericanos, rastreó con apoyo en la plataforma Global Fishing Watch las incursiones pesqueras en Nazca-Desventuradas y otros parques marinos. Desde agosto de 2016 a la fecha, han ingresado sólo a Nazca-Desventuradas al menos 22 embarcaciones de pesca. 18 de ellas son de bandera china y corresponden a compañías domiciliadas en ese país (no siempre las banderas de los barcos coinciden con el país donde está registrado su propietario).

Además del Lu Yan Yuan Yu 016, figuran otros dos barcos chinos en esa área cuyas empresas matrices arrastran antecedentes por pesca ilegal.

Lo grave es que mientras la amenaza del pirateo se acrecienta, a más de cuatro años de su creación el Parque Marino Nazca-Desventuradas es una área de papel. La reserva marítima más extensa del continente aún no cuenta con un Plan General de Administración (PGA), paso clave para, entre otras cosas, reforzar las actividades de fiscalización en esa zona de alta mar.

Vigilancia Sernapesca

Para las autoridades del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) y expertos consultados para este reportaje, la tramitación del PGA de Nazca-Desventuradas está dentro de los plazos estipulados y pronto debiera oficializarse.

Actualmente Chile figura quinto en el ranking mundial de países con mayor cantidad de kilómetros cuadrados marinos protegidos, según registros de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Pese a lo anterior, los hechos indican que ninguno de los 10 Parques Marinos creados en Chile cuenta con un Plan de Administración. El caso más llamativo es el del Parque Francisco Coloane, que abarca una superficie de más de 1500 hectáreas en la Región de Magallanes y cuyo decreto de constitución data del 5 de agosto de 2003. De acuerdo con la normativa vigente, los PGA debieran elaborarse dentro del plazo de un año contado desde la declaración del parque o reserva. Así lo establece el artículo 8 del Reglamento sobre Parques y Reservas Marinas de la Ley de Pesca. Hace 17, el PM Francisco Coloane espera por uno.

A pesar de la falta de los planes generales de administración, igualmente la vigilancia de Sernapesca sobre embarcaciones nacionales en Parques Marinos y Reservas se ejecuta a través del Sistema de Monitoreo Satelital de Naves Pesqueras (VMS). Este software “permite controlar la actividad extractiva de los buques chilenos y es llevado por Sernapesca en conjunto con la autoridad marítima”, explica Sáez.

El Informe de Actividades de Fiscalización de Sernapesca de 2019 indica que se realizaron 154 mil rastreos satelitales: 26 mil a naves industriales y 100 mil a embarcaciones artesanales. Los datos corresponden a fiscalizaciones generales, sin detalle para Áreas Marinas Protegidas.

La Armada, que tiene competencia para fiscalizar el tránsito de buques en la Zona Económica Exclusiva de Chile (ZEE), fiscaliza los parques marinos aprovechando esos patrullajes y también por rastreo satelital. A partir de este último, se detectan buques de banderas chilenas y extranjeras en la ZEE de Chile que son analizados por la Oficina de Control, Monitoreo y Análisis de Operación de Flotas Pesqueras (POSAT).

Aunque la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar permite la libre navegación de naves extranjeras en estas zonas, hay ciertas señales de alerta como la disminución de velocidad o detenciones por varios días, que pueden hacer que la Armada envíe buques o aeronaves para vigilancia aeromarítima.

La detección de barcos con transmisores apagados también se realiza con ese procedimiento. La Armada compara los registros satelitales y nóminas de Organizaciones Regionales de Pesca con buques que han realizado pesca ilegal no reglamentada. “Tenemos aeronaves de alcance que permiten verificar si los buques están emitiendo alertas o no. Esto se hace periódicamente: salen aviones que recorren la ZEE y si ven una nave la interceptan y verifican si está emitiendo con su transmisor satelital. En caso de que no, se comunica con la nave, se avisa a la Armada y eventualmente habría que mandar un buque”, detalla el contraalmirante Jorge Imhoff, director de Intereses Marítimos y Medio Ambiente Acuático de la Armada.

Según Imhoff, la mejora en la fiscalización en Áreas Marinas Protegidas ocurrirá cuando los Planes Generales de Administración se publiquen: “va a ser una herramienta importante para tener un cuidado más acucioso de las AMP e ir a lo que nos interesa cuidar como Estado de Chile en esas áreas en particular”.

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